Cuando nos enteramos que ya no somos correspondidos por el ser amado, además de sentir un dolor indescriptible del alma, el corazón se parte en mil pedacitos y esta agonía es conocida como Mal de Amores.
Psicológicamente el Mal de Amores es descrito como una situación de sufrimiento y malestar físico y emocional ocasionado por la imposibilidad de vivir una relación de pareja armoniosa y estable con la persona amada.
Desde que el amor se manifestó en la humanidad, el mal de amores se hizo presente, quedando registrado, a través de la historia, pues ha sido una de las principales fuentes del arte.
Hoy en día, el Mal de Amores es una realidad que enfrentan millones de persona en el mundo, y según expertos, este padecimiento no se trata simplemente de sentir que nuestro corazón se hace pedazos, es además un estado hormonal y psicológico que genera una serie de emociones y procesos bioquímicos, como angustia, frustración, ira, tristeza, depresión, irritabilidad y pérdida de peso.
Ante el desesperanzador escenario de un inesperado desamor, lo más recomendable es evitar la fuente del dolor, es decir evita a tu ahora expareja, no le contactes, no le espíes en sus redes sociales, evita que sea el tema principal de tu conversación.
Debes controlar tus emociones, no sucumbas a tus sentimientos confundidos ni emociones negativas, para que no tengan una incidencia en la toma de decisiones.
Busca el escenario perfecto para desahogarte, platícalo con un buen amigo o con tu familiar favorito o si así lo deseas, pues un terapeuta es lo mejor. Llora lo que tengas que llorar, no te tragues el dolor, esto purificará tu alma y espíritu.
No te encierres en tu dolor, sal a la vida, toma algún curso, aprende algo nuevo y haz ejercicio para liberar endorfinas, conocidas como la “hormona de la felicidad”.
No será fácil, pero debes de avanzar, pues a final de cuenta aprenderás que sufrir de mal de amores no es el fin del mundo y seguirás creyendo en el amor.
GF/