Oaxaca.- La boda de César y Jaqueline, adolescentes de la comunidad mixteca-tacuate de San Juanito Yosocani, asentada en el municipio de Santiago Jamiltepec en Oaxaca, generó diversos comentarios a partir de la difusión de tres menores de edad bebiendo cervezas durante la celebración.
Los videos y las fotos de la boda infantil compartidas en redes sociales por los mismos invitados y la cuenta de Santa María Yosocani, se observa que aparentemente es común que los niños participen en la festividad e ingieran bebidas alcohólicas como parte de la fiesta.
Al viralizarse las escenas ocurridas durante este enlace provocó distintos comentarios por el matrimonio infantil y la supuesta normalización del consumo de alcohol entre menores de edad.
Los padres de los contrayentes atestiguaron la boda de César y Jaqueline, quienes compartieron la comida y pastel con familiares y amistades.

Matrimonio infantil en México
En México, el matrimonio infantil está prohibido por ley desde 2019, cuando se reformó el Artículo 148 del Código Civil Federal para establecer que tanto hombres como mujeres deben haber cumplido 18 años de edad para contraer matrimonio, sin excepción ni posibilidad de dispensa por parte de padres, tutores o jueces.
Esta reforma fue acompañada por la armonización de los códigos civiles o familiares de las 32 entidades federativas que eliminaron cualquier autorización para que menores se casaran legalmente.
Además, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes prohíbe toda práctica que vulnere su desarrollo, incluida la unión forzada o anticipada. A nivel internacional, México está obligado por tratados como la Convención sobre los Derechos del Niño y la CEDAW, que rechazan explícitamente el matrimonio infantil.
Usos y costumbres ¿parte fundamental de la identidad de los pueblos?
Hay quienes defienden los usos y costumbres en México, incluso en casos polémicos como el matrimonio entre menores, suelen hacerlo por diversas razones.
Algunas comunidades indígenas y no indígenas ven los usos y costumbres como parte fundamental de su identidad cultural y su patrimonio histórico. Estas comunidades pueden defender estas prácticas para proteger su autonomía y resistir la asimilación cultural.
Defensores de los derechos indígenas sostienen que estas comunidades tienen derecho a la autodeterminación, lo que incluye la preservación y aplicación de sus propias leyes y costumbres. Sin embargo, también existe un debate sobre cómo conciliar este derecho con la protección de los derechos humanos y el bienestar de los menores.
Las cifras del matrimonio infantil en México
A pesar del marco normativo, las uniones tempranas persisten de forma informal, especialmente en comunidades indígenas, rurales o marcadas por la pobreza. Según datos del Censo 2020 del INEGI, más de 200 mil personas menores de 18 años estaban unidas —casadas o en concubinato— y el 84% eran mujeres.
Entidades como Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Michoacán presentan las mayores tasas.
Estas uniones, muchas veces encubiertas como acuerdos culturales, implican graves riesgos: abandono escolar, embarazos adolescentes de alto riesgo, violencia sexual y económica, y falta total de protección jurídica para las niñas. Organismos como UNICEF, Save the Children y la Conapo advierten que la práctica no ha desaparecido, sino que se ha invisibilizado, escapando del control institucional y persistiendo en contextos de desigualdad estructural.
Redacción Enfoque
SC/LP