Roma.- El Vaticano considera un “Plan B” para la celebración de la Semana Santa, esto derivado de la salud del Papa Francisco.
El Pontífice sigue mejorando de sus problemas respiratorios, pero su hospitalización será aún larga.
Además, se sabe que tras el alta tendrá que guardar una larga convalecencia en su residencia, la Casa Santa Marta.
Ya no es necesaria la ventilación mecánica
La neumonía bilateral que padece Francisco está “bajo control”, aunque “aún no eliminada”.
En equipo de médicos del Papa informó que la ventilación mecánica durante la noche ya no es necesaria.
“La mejoría es gradual pero lenta, por lo que no se espera un alta del hospital pronta”, informaron.
En 2003 no fue necesario el Plan B
En 2023, el pontífice argentino presidió las ceremonias de Semana Santa un día después de salir del hospital por una bronquitis, pero esta vez no podrá ser así.
El Vaticano estudia un posible ‘plan B’, como hipótesis, que podría incluir, de ser necesario, la celebración de los ritos de Semana Santa sin el Papa.
Los actos comenzarán ya el 13 de abril con la misa del Domingo de Ramos, mientras que la Semana Santa vaticana – del 17 al 21 de abril- se inicia con el Jueves Santo, cuando hay dos misas, una por la mañana y otra por la tarde y el lavado de los pies, un acto en el que Francisco solía acudir a una cárcel romana.
El Viernes Santo hay otras dos celebraciones, entre ellas el Vía Crucis y el Sábado Santo se celebra la vigilia.
Y también está la misa de Pascua del Domingo de Resurrección, que culmina con la bendición Urbi et Orbi desde la Logia de las Bendiciones de la basílica de San Pedro.
En 2005, Cardenales celebraron la Semana Santa
En 2005, en el último período de la vida de Juan Pablo II la tarea fue confiada a sus colaboradores más cercanos. Karol Wojtyla apareció sólo el Domingo de Resurrección desde la ventana..
El esquema de delegar en los cardenales ya se está usando en las misas previstas para Jubileo y también en la celebración del Miércoles del ceniza.
En la Semana Santa del año que murió Wojtyla, cada cardenal leyó un saludo de san Juan Pablo II y pronunció su propia homilía.
EFE
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