UNICEF/OIT.- Este día tiene la finalidad de denunciar la explotación infantil que se lleva a cabo en muchos países del mundo, donde se obliga a los niños a trabajar, negándoles todo derecho a la educación, la salud y una vida plena que le permita su desarrollo y bienestar integral.
El trabajo infantil que se traduce en explotación infantil es una cruda realidad en los países del tercer mundo principalmente, donde los niños y jóvenes son obligados a trabajar desde edades muy tempranas.
Infortunadamente, esta situación ha venido ocurriendo durante décadas, sin que los gobiernos hayan encontrado una salida satisfactoria para resolver esta problemática, que cada vez es más recurrente y alarmante.
Los infantes que son obligados a trabajar por lo general no tienen acceso a la educación ni a las necesidades básicas de todo ser humano, como son la salud y la alimentación.
La principal causa de la explotación infantil es la pobreza, pues niños y jóvenes deben trabajar para ayudar a sus padres a sostener a su grupo familiar.
El trabajo infantil, prohibido en el derecho internacional, comprende tres categorías:
- Las formas peores de trabajo infantil: esclavitud, trata de personas, servidumbre por deudas y otras formas de trabajo forzoso, reclutamiento forzoso de niños para utilizarlos en conflictos armados, prostitución, pornografía, y otras actividades ilícitas.
- Trabajos realizados por niños que no alcanzan la edad mínima especificada para ese tipo de trabajo según la legislación nacional, de acuerdo con normas internacionalmente aceptadas, que impida la educación y el pleno desarrollo del niño.
- Un trabajo que ponga en peligro el bienestar físico, mental o moral del niño, ya sea por su propia naturaleza o por las condiciones en que se realiza, denominado trabajo peligroso.
De acuerdo con un estudio realizado por UNICEF Y la Organización Mundial del Trabajo (OIT), aproximadamente más de 150 millones de niños y adolescentes son forzados a trabajar.
GF/