Manuel Hernández, reportero
México.- Sin lugar a duda, el “Día de las Madres” es una de las festividades que más peso tienen para los mexicanos, las ciudades toman un rumbo distinto en esta fecha, algunos desde la medianoche festejan a mamá, pero algunas mamás no puedes festejar como quisieran.
Podríamos hablar del contexto romántico de esta fecha, hablar de aquellas privilegiadas que pueden estar con sus hijos prácticamente las 24 horas del día, de aquellas que tiene un empleo en el que se les respetan los días festivos, se les da permiso para ir a los festivales o tienen una actividad que les permite por decirlo así “estar ahí”.
Buscamos cuatro historias, cada una de ellas distinta, cada una de ellas con una visión del mundo distinta, la coincidencia… Que el motor de su vida son sus hijos y por ellos harán todo.
Iniciamos con Vanet, ella se dedica a vender flores en el Mercado de Jamaica, los días “especiales” a ella le toca trabajar, no puede acudir a los festivales de sus hijos, ya que esto significaría no llevar un ingreso a casa, a ella no solo la alientan sus hijos, sino también el saber que su labor le da felicidad a otras mujeres que son madres.
“Mucho trabajo de entrada, es muy bonito, ya que, sabes que, haciendo cosas bonitas, las otras mamás van a estar muy contentas de recibirlos, por lo regular solicitan mucho las cajitas de madera con rositas, florecitas más variadas con bases de madera en forma de corazón, variadas, es un poco complicado porque tienen festivales en la escuela y el trabajo es trabajo, las flores son como ese cuidado que le dan las mamás a los hijos”.
A algunas otras madres la vida no les sonrió, tal es el caso de Magally, quien ingresó a la Policía de la Ciudad de México, por la petición de sus hijos, ingresó a la Policía, ya que los tenía que mantener y al venir de familia que se ha dedicado a este servicio, sus hijos le dijeron que se quedara en el mundo que conocen.
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“Es un poco difícil por los horarios que son complicados, yo les dije cuándo entre era para estar mejor los tres, si no los puedo acompañar, tomen videos, fotos, ahora con el celular puedes estar igual no todo el tiempo y estar conectados, lo más fuerte que me ha tocado es ayudar a una chica en labor de parto, es una experiencia bonita, me puse en su lugar, que todo saliera bien tanto ella como su bebé”.
A otras madres la vida las obligó a buscar un ingreso y no pueden exponer su oficio, la llamaremos la madre solitaria, la vida la obligó a salir a las calles para poder llevar el sustento no solo a sus hijos, sino también a su madre, todos los días tiene que irse lejos de su hogar para que nadie la reconozca, sabe las implicaciones sociales que tendría el saber a qué se dedica.
El motor es que sus hijos puedan estudiar para tener un mejor futuro, aunque esto implique arriesgar su vida.
“Lo que me orilló es que soy mamá de cuatro niños, me quedé viuda, soy el sustento de mis hijos, tengo que salir a buscar el pan del día a día, yo pediría que no debieran de juzgarnos, porque en realidad no saben con qué sacrificio estamos aquí y todo el peligro que corremos, tocas puertas que no se abren y uno como mamá tiene que salir para buscar el sustento de nuestros hijos”.
Algunas otras deciden sacrificar los momentos con su familiar para que otras familias estén tranquilas, es el caso de Daniela, ella pertenece al ERUM, en cualquier momento la pueden llamar y en algunos casos tiene que ver la manera de decirles a las madres que su ser más querido ya no está en esta tierra.
“Es un orgullo, una satisfacción enorme, ser mamá, es triste dejarlos por cuestiones de trabajo, no acudir a sus eventos, pero yo sé que vale la pena cada uno del esfuerzo que estoy haciendo para atender a la ciudadanía, saben a lo que me dedico que ayudo a las personas y se ponen tristes, pero me dicen vete con cuidado y haz lo que sabes hacer”.
El motor de todas son sus hijos y por ellos darían todo.
SC/