Madrid.- Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) ha demostrado que la cobertura de las nanopartículas metálicas magnéticas es clave para lograr que estos vehículos sean eficaces en su objetivo: eliminar las células cancerígenas o realizar diagnósticos.
Desde hace tiempo ya, las nanopartículas metálicas magnéticas se usan con resultados prometedores.
En concreto, las nanopartículas de óxido de hierro se emplean para liberar fármacos de forma localizada en el organismo, eliminar células tumorales mediante la emisión de calor (hipertermia) o realizar diagnósticos en resonancias magnéticas.
Sin embargo, para usarlas con fines clínicos es necesario conocer cómo se comportan en el interior de las células, qué rutas intracelulares activan, y cómo se degradan, para determinar sus efectos terapéuticos y su posible toxicidad.
En ese contexto, un estudio liderado por investigadores del CSIC y publicado en la revista Biomaterials ha mostrado que la cobertura de estas nanopartículas determina cómo se mueven y cómo se degradan en el interior de las células y es decisiva para mejorar la eficacia de las nanopartículas.
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