Ciudad de México.- Una nueva posible estafa podría estarse cocinando entre la dirección general del Metro y su Sindicato ahora en la asignación de recursos para el mantenimiento a 300 trenes detenidos o con sobrekilometraje.
Y es que una auditoría llevada a cabo en el año 2017 advierte sobre distintas irregularidades en el uso de recursos del Fideicomiso Maestro del Sistema de Transporte Colectivo (FIMETRO) constituido en octubre del año 2014, a raíz de la entrada en vigor del incremento de dos pesos a la tarifa del servicio y cuyo objetivo era destinar los recursos a la rehabilitación, actualización, sustitución y mantenimiento de 105 trenes e instalaciones fijas.
En esta auditoría llevada a cabo por la Contraloría Interna del Metro se advirtió que el costo de la rehabilitación de cada tren ascendía a 165 millones de pesos sin que ello garantice su vida útil al ser trenes con obsolescencia tecnológica, abandonados a la intemperie y al saqueo de piezas y equipos para otros trenes.
Actualmente, al menos 200 trenes no han no han recibido sus mantenimientos sistemáticos y mayores programados provocando un incremento de incidentes, entre ellos, fallas de puertas , zapatas pegadas, pérdida de modos de conducción, trenes con presencia de humo e incluso fuego incipiente, entre muchos otros
De acuerdo a la auditoría, optar por la rehabilitación impactó negativamente en la inversión que se llevaba a cabo en el Metro desde que se constituyó el Fideicomiso, en cambio la adquisición por cada tren nuevos era de 221 millones de pesos lo que se hubiera reflejado en la seguridad de trabajadores y usuarios.
Además, detalla que a la fecha que se llevó a cabo la revisión, en el año 2017, se habrían formalizado 88 contratos por un monto de 1 millón 572 mil 860 pesos, sin que la inversión fuera proporcional a lo ejercido.
El documento señala que no existe un programa real de avance físico de los 105 trenes que en su momento se proyectaron como “fuera de servicio” independientemente del mantenimiento que requerían, así como el desvió de refacciones para el mantenimiento de 17 trenes que incluso, no estaban contemplados en la relación original Fideicomiso.
Han pasado nueve años, y hasta ahora se han etiquetado recursos para continuar con el “mantenimiento” de estos 105 trenes como lo señala el segundo informe trimestral del Programa de Mejoramiento del Metro entregado al Congreso capitalino, sin que hasta el momento se especifique cuántos de esos 105 trenes, ya se han puesto de nuevo al servicio de los usuarios.
Otro de los incumplimientos del Fideicomiso está en la Línea A donde se tenía contemplado la reincorporación de 7 trenes detenidos por más de 7 años, no obstante hasta el 2022 el número creció a 14.
Actualmente la Línea A opera con 18 trenes lo que implica que no se detengan cuando les toca el mantenimiento sistemático y mayor por falta de trenes para operación lo que se traduce en un riesgo constante para los usuarios.
Y mientras no ha quedado claro cómo se ha manejado dicho Fideicomiso que se construyó a base del aumento en la tarifa, gobierno local y Sindicato ya negocian otorgar más recursos para recuperar trenes que a la larga volverán a talleres y pese a tener conocimiento de que le ha salido más caro al Metro la rehabilitación que optar por comprar nuevos trenes.
Los beneficiados de lo que parece ser un negocio donde se ha permitido que empresas ofrezcan servicios y refacciones a sobreprecio, entreguen material inservible que solo se apila en las bodegas del Metro por no cumplir con las especificaciones técnicas o que se acepten adquisiciones de sets de refacciones a empresas de abarrotes, han sido empresas y funcionarios públicos a costa de la seguridad de los usuarios.
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