Enrique Jonguitud, corresponsal
Ciudad Victoria.- un grupo de jóvenes permanecen en una prisión de baja seguridad en Tamaulipas, intentan prepararse para su reinserción en la sociedad, motivo por lo cual realizan labores cómo hacerse cargo de una plantación de sandías en un terreno aledaño al Centro de Ejecución de Medidas para Adolescentes del municipio de Güemez.
El sitio ubicado apenas a 24 kilómetros de la capital del estado, ha servido para que los jóvenes, que han infringido la ley, se hayan encargado de un proceso de desmonte de terreno y arado de la tierra para posteriormente sembrar semillas de sandía y esperar alrededor de tres meses para poder cosechar el fruto.

Se trata de una de las medidas con lo cual la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas intenta brindar herramientas integrales que permitan una reinserción social efectiva y sobre todo que prevengan la reincidencia delictiva.
Los jóvenes se encuentran cumpliendo una medida privativa de su libertad, pero se les proporcionan actividades culturales, deportivas, educativas, y ambientales que los preparen para regresar a la vida en libertad.

Durante el ciclo de crecimiento de las sandías, los jóvenes se convirtieron en auténticos guardianes de sus plantas. Bajo el sol, aprendieron a leer las necesidades de la tierra: cuándo regar, cómo proteger de las malezas, cuándo monitorear el avance. Estas tareas diarias, que podrían parecer mundanas, se convirtieron en lecciones vivas de trabajo en equipo.
De esa manera se generó un profundo sentido de pertenencia al proyecto, un orgullo por ver algo crecer por sus propias manos, que no habían experimentado antes.
Al sostener un fruto maduro, estos jóvenes no solo sienten el peso de la sandía, sino también el de sus logros y la satisfacción de haber superado un desafío. Esta experiencia tangible les ofrece un vislumbre del futuro: si pueden transformar un pedazo de tierra árida en un huerto productivo, también pueden reconstruir sus vidas y abrirse camino hacia una sociedad que los espere.
JJ