Un análisis de más de 20 mil árboles de los cinco continentes muestra que los viejos son más tolerantes a la sequía que los más jóvenes.
Según el ecólogo forestal de la Universidad de Michigan Tsun Fung (Tom) Au, becario posdoctoral del Instituto de Biología del Cambio Global, estos resultados, publicados en Nature Climate Change, ponen de relieve la importancia de preservar los bosques antiguos que quedan en el mundo, que son baluartes de la biodiversidad y almacenan grandes cantidades de carbono que calientan el planeta.
Los investigadores también descubrieron que los árboles más jóvenes de la copa –si consiguen sobrevivir a la sequía– mostraban mayor resistencia, definida como la capacidad de volver a las tasas de crecimiento anteriores a ese fenómeno.
Mientras la deforestación, la tala selectiva y otras amenazas han provocado el declive global de los bosques antiguos, la reforestación ha dado lugar a bosques dominados por árboles cada vez más jóvenes.
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