Kiev.- El Gobierno ucranio y los separatistas prorrusos respaldados por Moscú han intercambiado este jueves acusaciones de ataques a lo largo de la línea del frente en el Donbás, en días clave en la crisis en Ucrania.
Proyectiles de artillería han alcanzado esta mañana una guardería en la ciudad de Stanytsia Luganska, en la parte de la región de Lugansk controlada por el Gobierno de Ucrania, e hirieron a tres civiles, según el Ejército ucranio, que reportó que otra veintena de lugares en la zona de contacto fueron objeto de disparos.
A su vez, líderes de las regiones secesionistas de Donetsk y Lugansk denunciaron ataques de las fuerzas ucranias mientras el Kremlin, que pese a las evidencias de apoyo político y militar a los separatistas insiste en que el conflicto es una “guerra civil”, culpó al Ejecutivo ucranio de la escalada. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se mostró preocupado por el recrudecimiento de la tensión.
Este miércoles era el día al que la inteligencia occidental apuntaba como la posible fecha para la invasión rusa.
Los ataques no son algo inhabitual en una guerra que va a cumplir ocho años, pese a los acuerdos de alto el fuego, que se rompen constantemente, según los informes de la misión de observación de la OSCE en la zona. Sin embargo, el incidente de este jueves añade más tensión a un conflicto que desde que cesaron los combates encarnizados que dejaron una línea en el frente que apenas ha variado, lleva mucho tiempo cociéndose a fuego lento y en el que una pequeña espita puede derivar en un recrudecimiento de los enfrentamientos.
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