EFE
Bagdad.- El primer ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani, trasladó este miércoles al jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh, su apoyo a un acuerdo de tregua con Israel para poner fin a la guerra en la Franja de Gaza, además de su condena por las operaciones israelíes en Rafah, en el extremo sur del enclave.
Al Sudani calificó de “responsable” en una llamada telefónica con Haniyeh la decisión de Hamás de aceptar el acuerdo de tregua propuesto por los mediadores, Catar y Egipto, que estipula un alto el fuego en tres fases y la liberación de los rehenes cautivos en Gaza, según un comunicado de la oficina del primer ministro iraquí.
El visto bueno de Hamás al pacto “también representa una respuesta a los esfuerzos de los hermanos árabes (los mediadores) para poner fin al sufrimiento del pueblo palestino”, continuó el jefe del Ejecutivo de Irak, país que no reconoce a Israel ni tampoco apoya la solución de los dos Estados al considerar que solo debería existir uno palestino.
Asimismo, el iraquí pidió a la comunidad internacional que adopte una postura para poner fin a la guerra en Gaza, al tiempo que insistió en que los aliados de Israel tomen medidas para impedir un ataque contra Rafah, que causaría “una catástrofe humanitaria” al encontrarse ahí más de un millón de desplazados gazatíes.
Haniyeh, que lidera la oficina política de Hamás desde Doha, también mantuvo ayer una conversación telefónica con el ministro de Exteriores de Omán, Badr Hamad al Busaidi, para discutir el visto bueno del grupo islamista al acuerdo de tregua.
Desde hace semanas, el grupo islamista ha estado estudiando propuestas para mover su oficina política fuera de Catar, según fuentes árabes consultadas por EFE, que apuntaron a la posibilidad de un traslado a Omán o a Irak ante los recientes roces del movimiento palestino y las autoridades cataríes.
A finales de abril, el portavoz del Ministerio de Exteriores catarí, Majed al Ansari, aseguró que “no hay justificación” ni ningún tipo de presión por parte de Catar para que los líderes políticos de Hamás abandonen Doha, donde el movimiento palestino tiene una representación desde hace una década.
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