Javier Laerte, corresponsal
Veracruz.- Durante la misa dominical en la Parroquia del Sagrado Corazón en Río Blanco, elementos de la Guardia Nacional ingresaron para detener a un migrante, lo que causó alarma entre los feligreses y provocó que se suspendiera momentáneamente la ceremonia.
A través de un comunicado, el párroco, Helkyn Enríquez Báez, expresó su descontento, respaldado por el obispo Eduardo Cervantes Merino y la comunidad parroquial.
El incidente ocurrió cuando un joven migrante, buscando asilo en el templo, fue seguido por los elementos de la GN armados, a lo que el sacerdote enfatizó que la dignidad humana es inalienable y no debe ser vulnerada, incluso en casos de migración irregular.
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Además, señaló que el derecho de asilo es tanto un derecho humano como un deber cristiano.
El párroco resaltó al respeto entre las instituciones y la fe, destacando que irrumpir en una celebración sacramental es inaceptable.
Expresó su esperanza de que eventos similares no se repitan, ya que sólo generan inquietud en la comunidad.
Este incidente destaca la necesidad de abordar la situación de los migrantes con sensibilidad y respeto por los derechos humanos, encontrando soluciones que aseguren la seguridad de todos sin sacrificar la compasión.
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