Ernesto Gloria, reportero
México.- En el marco del segundo día de la Semana Nacional de Educación Financiera, el Instituto Nacional de las Mujeres, reconoció que este sector de la población, sigue enfrentando diversas barreras, Carolina Maldonado, Directora para la Igualdad de mujeres y hombres en la vida económica, explicó que hay diversos factores que impiden que las mujeres cuenten con una cuenta formal, mismas que van desde barreras físicas hasta de percepción como el no querer endeudarse.
“Hablan de que las sucursales les quedan lejanas, que eso una realidad en muchísimas localidades de México, saliendo de las grandes ciudades pues ir al cajero pues toma todo un día, es caro, porque tiene que tomar transporte, hay una serie de costos, de tiempo, muchas mujeres también piensan o consideran que no cumplen con los requisitos, donde han sido discriminadas, donde les dicen que no tienen un empleo formal, si no puedes traernos cuánto ganas al mes, pues no cumples con los requisitos. Muchísimas mujeres, pues también prefieren el ahorro informal, es decir, existe una desconfianza a las instituciones financieras y por eso recurren a mejor con las amigas, con las vecinas, con la familia. Muchas mujeres también menciona que no les interesa o que no lo necesitan”.
Señaló que en el contexto actual del país, es inaceptable que no se haya comunicado a las mujeres, la importancia de la inclusión financiera, el contar con una cuenta y los beneficios en el largo plazo que puede tener para ellas, a lo que se suma una especie de autodiscriminación. Además la especialista, dijo que el trabajo de cuidados, mismo que en su mayoría es realizado por las mujeres y en casi su totalidad es un trabajo no remunerado, les impide acceder a fuentes de ingreso fijo, que les permita acceder a un crédito o bien a otros servicios financieros.
Apuntó que 31 por ciento de las mujeres están ahorrando para su retiro, en comparación con el 49 por ciento de los hombres, detalló que es un tema prioritario ya que hacia la vejez, las mujeres no están ahorrando para su retiro o su vida de adulto mayor, siendo ellas, las que tienen una mayor expectativa de vida, por lo que no contemplan cómo se mantendrán, en muchos de los casos, tendrán que depender de otras personas, principalmente los hijos u otra persona.
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