México.- Después de 33 años en el mundo de la música y como pionero de uno de los géneros más populares de la música hoy, Daddy Yankee no podía despedirse de una forma más espectacular que como lo está haciendo con su La Última Vuelta World Tour, además de darle su ‘bendición’ a la nueva generación de reguetoneros que hoy son los encargados de mantener vivo el género que él bautizó en 1991.
Una producción en la que los gráficos cambiaban de canción en canción y no se sabía a ciencia cierta si eran digitales o estaban de manera física en el escenario, un combo de fuegos artificiales que encendían en los momentos justos, un pull de bailarines que daban una cátedra de cómo se baila el reguetón y un Daddy Yankee emocionado y comprometido con darlo todo fue como el puertoriqueño se presentó ayer frente a 65 mil personas en la primera de cinco fechas que ofrecerá en el Foro Sol.
Con un contador en la pantalla que anunciaba que faltaban cinco minutos para comenzar fue como Daddy Yankee puso en suspenso a las nueve y 10 de la noche a sus fans que hicieron el conteo a partir de los cinco segundos y el escenario explotó en una lluvia de luces blancas que se movían en diferentes direcciones intercalándose con las azules, mientras un avión acercándose aterrizaba en la pantalla central del escenario.
Fue entonces cuando el cantante se presentó frente a sus fans, saliendo sobre una ala del avión para dar voz a Campeón y poner a perrear a todos los presentes. De pronto el avión explotó y Yankee apareció en el escenario junto a sus bailarinas para cantar Remix y Problema.
El también conocido como Rey del reguetón aprendió mucho en las más de tres décadas que estuvo en los escenarios y eso se nota en la
espectacular producción que presentó en su primera noche en la Ciudad de México. Gráficos que vestían cada una de las canciones, un sistema de iluminación que perreaba al ritmo del beat y una estructura bien planeada para el show fueron los elementos constantes de Yankee.
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