Un estudio publicado por la revista científica Nature, y promovido por el Laboratorio de datos contra la Obesidad, asegura que el ritmo de vida actual puede llegar a causar estrés en las personas, lo que conlleva a que se incrementen los niveles de glucosa en la sangre, así como la liberación de hormonas como el cortisol, la cual se asocia con la resistencia a la insulina.
De igual forma, el estrés afecta de manera negativa los hábitos alimenticios, al exigir una mayor demanda de oxígeno y energía y darse un aumento de uso de nutrientes, así como la excreción de estos mismos.
La hormona de la adrenalina inhibe el apetito, sin embargo, el aumento del cortisol causa antojo en alimentos con niveles elevados de azúcar, grasas y calorías, lo que se deriva en un aumento de peso.
Si bien la mayoría de las personas son conscientes de que se debe mantener una alimentación balanceada, así como acompañarla con ejercicio regular, ignoran que mejorar los niveles de estrés es una parte importante para mantener una buena salud.
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