Agencias
México.- América Latina, emerge como un terreno propicio para la construcción verde, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). A pesar de ser responsable del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, el informe del BID muestra que tan solo el 2.2% de las inversiones en la región se destinan a proyectos ambientalmente sostenibles, señala el empresario Daniel Esquenazi Beraha.
En la región, las consecuencias del cambio climático son alarmantes, afectando no solo al medio ambiente, sino también a la salud humana. Según datos de la revista Nature Medicine, en 2022 se registraron 61,672 muertes en Europa debido a las altas temperaturas. Proyecciones futuras indican un escenario aún más desafiante para 2030, con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtiendo sobre 250,000 fallecimientos adicionales por enfermedades sensibles al clima extremo.
En respuesta, países como México y Brasil han implementado planes de acción específicos para mitigar los impactos de las altas temperaturas. México, a través de su Programa de Acción Climática 2021-2030, enfoca sus esfuerzos en el aprovechamiento de recursos naturales para contrarrestar los efectos del cambio climático en la Ciudad de México.
El también inversionista y arquitecto mexicano, Daniel Esquenazi Beraha, destaca que a pesar de estos avances, el análisis del BID resalta que los códigos de construcción a menudo no están alineados con el ambicioso objetivo de alcanzar cero emisiones netas para 2050.
La regulación y certificación emergen como aspectos cruciales, resaltando la necesidad de políticas gubernamentales que destaquen el papel fundamental de la construcción de viviendas en la sustentabilidad.
En este sentido, Esquenazi Beraha subraya la importancia de iniciativas como EcoCasa en México, CES en Chile, Casa Colombia, Sistema de evaluación ambiental de MUPI en Ecuador o Casa Azul en Brasil, que juegan un papel relevante en el ámbito de las certificaciones de construcción sostenible.
En Brasil, el Ministerio de Salud y el Centro Clima lideran un plan integral que abarca la vigilancia constante de la salud pública, la identificación de áreas vulnerables, la implementación de cinturones agrícolas y la reforestación con especies adaptadas al clima cambiante. Destacan también el papel significativo de la infraestructura verde, como jardines y parques, para proporcionar espacios de enfriamiento en entornos urbanos y la expansión de canales fluviales costeros.
Las estructuras verdes, que incluyen áreas con vegetación, actúan como reguladores naturales del microclima urbano, reduciendo las temperaturas y proporcionando alivio térmico. Por otro lado, las estructuras azules, como lagos y estanques, moderan el microclima urbano gracias a su capacidad de retención de calor y enfriamiento por evaporación.
Argentina, a pesar de ser un participante relativamente nuevo en la revolución verde, demuestra adaptabilidad. La ciudad de Rosario cuenta con 500 hogares, que centran su enfoque en el rendimiento y potencial de ahorro de energía, destacando construcciones naturales que ofrecen ventajas como estabilidad térmica y reducción de enfermedades.
Por otro lado, Medellín, Colombia, se destaca por abrazar diseños respetuosos con el medio ambiente y el modernismo tropical, integrando de manera única la naturaleza con la vida urbana, evidenciado en el Hotel Click Clack, reconocido por su atractivo y modernidad. Este utiliza estratégicamente plantas nativas para mitigar el calentamiento térmico y facilitar el flujo natural del aire.
Finalmente, el análisis concluye que la construcción de viviendas sostenibles e inclusivas podría mitigar el déficit habitacional en la región, estimado en más de 23 millones de hogares. “Al adoptar prácticas más sostenibles, se aborda de manera efectiva esta carencia habitacional, impulsando el sector como motor económico, ofreciendo oportunidades a poblaciones vulnerables y preservando el medio ambiente”, concluye Daniel Esquenazi Beraha.
SC/