México.- El tráfico de Armas de Estados Unidos a México, es consecuencia de una política permisiva de ambas partes, situación que redunda negativamente para ambos lados de la frontera, afirmó John-Lindsay Poland, integrante de Stop US Arms to Mexico, al participar en un panel organizado por la Organización Global Exchange, afirmó que las armas primeramente fueron llevadas a México de manera legal, para supuestamente combatir al crimen, principalmente en la frontera, pero en algún momento estas armas, pasaron a manos del crimen organizado, detalló que policías o militares retirados, armaron a grupos civiles con ayuda de armerías o ferias de armas, ubicadas en Texas, Arizona, California o Nuevo México, para tratar de combatir principalmente la migración ilegal, pero afirmó esas armas, sentenció, seguirán dando problemas a lo largo del tiempo y en manos criminales, ahora son usadas para someter a comunidades, no sólo en México, sino también en Centroamérica, lo que da a los criminales, poder de fuego, para combatir a las autoridades, incrementar sus ganancias no sólo a través del tráfico de drogas, sino también del tráfico de personas y la extorsión, dejando un clima de violencia extremo, mismo que facilita el narcotráfico, que termina afectando a las comunidades en Estados Unidos. Lo escuchamos en voz de un intérprete.
“El tráfico de migrantes que pasa por México está controlado en su mayoría por grupos armados que están armados con armas de Estados Unidos y es una norma que y es muy permisivo, no es una combinación de cosas, es una condición estructural que permite el movimiento de armas hacia México, donde se utilizan para devastar a muchos muchas muchas comunidades diferentes, en el sur y Centro América también, por lo que estas comunidades en Guatemala y Honduras en Salvador donde la policía está coludida con bandas criminales”.
Eso afirmó deja condiciones insostenibles para las familias que las obliga a dejar sus comunidades para buscar ir a los Estados Unidos, señaló que, en ocasiones, esas personas que dejan sus hogares alimentan el ejército del crimen que los orilló a retirarse de sus hogares, lo que genera un escenario constante de armas y devastación.
Por su parte, Marco Castillo, de Global Exchange, afirmó que la crisis de violencia que generan las armas es el mejor ejemplo de cómo desde el Sur de Indiana, hasta Tampa Florida, Ciudad de México o la Sierra de Guerrero y más allá, todos estamos sufriendo las consecuencias de la violencia por la proliferación de armas norteamericanas y pese a ello, no hemos podido ir como vecinos, como región afectada en contra del problema.
“Y, sin embargo, no hemos podido unirnos como una región, que se ve afectada por el mismo problema. Nunca podremos cambiar esta situación actual luchando cada uno por sí solo, es un problema, como un fantasma que va más allá de nuestras comunidades locales, es un problema regional, que incluso pensando que es un país diferente al tuyo, como México, regresarán los Estados Unidos, en forma de personas que huyen de sus comunidades”.
Añadió que, ante la falta de oportunidades, las personas que migran a la Unión Americana, viven en vecindarios de bajos ingresos, y comunidades, donde nuevamente son víctimas de la violencia armada, por lo que dijo se convierte en un círculo vicioso permanente.
FF