Según los trabajadores humanitarios, en Haití, resulta “alarmante”, “caótica”, toda una “catástrofe” la nueva epidemia de cólera en el país más pobre de la región.
Una gran parte de la población ha quedado aislada, sin acceso a atención sanitaria, ya sea por falta de combustible o por las brutales bandas armadas que controlan grandes zonas del país.
Y sin atención sanitaria, los enfermos de cólera pueden morir de deshidratación en apenas unas horas debido a la diarrea aguda.
El Ministerio de Salud había registrado hasta la semana pasada 33 muertes por cólera y 960 casos sospechosos. Y se teme que estas cifras sean mucho peores.
La situación, dicen los expertos, podría estar controlada ya que los casos graves de cólera son fácilmente tratables con unos días de reposo y rehidratación, además de que existe una vacuna contra la enfermedad.
Esa vacuna, sin embargo, solo es efectiva durante unos cinco años, y la última gran campaña de inoculación contra el cólera en Haití fue en 2017.
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