La revista “Scientific Reports” publicó un estudio el cual identifica a los genes que les permitieron a las ballenas crecer hasta tamaños gigantescos en comparación con sus antepasados.
El estudio destaca el rol de cuatro genes llamados GHSR, IGFBP7, NCAPG y PLAG1, que promueven grandes tamaños corporales de los cetáceos, al tiempo que mitigan los efectos potencialmente negativos, como el aumento del riesgo de cáncer.
Las ballenas, los delfines y las marsopas evolucionaron a partir de pequeños mamíferos que habitaron las zonas terrestres de nuestro planeta hace unos 50 millones de años.
Entre las desventajas biológicas que acarrea el ser tan enormes como las ballenas está un menor rendimiento reproductivo y mayores probabilidades de padecer enfermedades como el cáncer.