Josefina Claudia Herrera
México.- Hace unos meses nos sorprendió encontrar Nepohualtzitzin un instrumento con el que los pueblos mesoamericanos realizaban sus operaciones y cálculos matemáticos. Es un sistema para el aprendizaje vivencial de las matemáticas, no sólo incentiva conocimiento, también la imaginación.
Nepo, como le dicen algunas maestras y maestros, se recuperó en los años 80, por el ingeniero civil David Esparza Hidalgo, del Instituto Politécnico Nacional, quien desarrolló una profunda investigación de casi dos décadas para conocer los procesos e instrumentos matemáticos que empleaban los pueblos originarios.
Es un instrumento que se compone de una estructura con dos barras de separación y 13 líneas horizontales, que representan las dimensiones del cuerpo humano y del universo para los antiguos pueblos originarios.
En Enfoque Noticias platicamos con la Dra. Norma Angélica Romero Ramón, directora y fundadora del Instituto Bilingüe Interamericano México IBIME, en donde se emplea desde hace cinco años como un ejercicio neuronal, porque se pone en práctica la memoria, atención y retención, elementos básicos del cerebro.
En el IBIME, el nepo tiene un peso central en la formación académica de sus más de 4 mil alumnos de prescolar, primaria, secundaria y bachillerato, cuentan con su propio material didáctico que se emplea en las aulas de todos los niveles educativos para la enseñanza de las matemáticas.
Su éxito se refleja no sólo en las competencias que impulsa para desarrollar las habilidades matemáticas de sus alumnos, sino en los resultados que obtienen sus estudiantes en la resolución de complejas operaciones matemáticas.
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