10/12/21 .- La final del futbol mexicano está más atractiva de lo que pudimos imaginar. La manera en que Atlas de Guadalajara presionó desde la salía de su campo a León le brindó la primera satisfacción al equipo rojinegro con el tanto de “Hueso” Reyes. Paulatinamente las cosas se emparejaron y el desenlace de los primeros 90 minutos en el Bajío ya lo conoce.
Independientemente de la grata sorpresa que marcó en el intercambio defensivo y ofensivo el cuadro de Diego Cocca y conociendo a los jugadores de León, no tanto al entrenador Holand que dice basa mucho su sistema en el toque a nivel de césped tal y como le daba resultados cuando era entrenador de hockey sobre pasto, pues evidentemente el público salió ganado con un espectáculo que tenía rato no se generaba en un juego de final en nuestro balompié, porque no me dejará mentir pero por lo menos la última final entre Santos y Cruz Azul con la obtención del ansiado título para los celestes fue más aburrido que cualquier juego de jornada uno.
Los que vimos por tv el partido nos dimos cuenta que el tratar de mantener un contrato televisivo hace de los comentaristas auténticos porristas, en este caso de León. Dicen gran arbitraje de Santander, que por lo menos paso a ser en el primer tiempo Leónander. Una salida a velocidad de Furch desde el medio campo detenida por un jalón de camiseta de Meneses y dos codazos por arriba de Barreiro y Mosquera tenían que haber sido amarillas. Les aseguro que de haber sacado las tarjetas, el árbitro hubiese condicionado para estos tres el resto del juego y apenas era primer tiempo. Del penal se marcó o no pudo haber señalado el árbitro y no pasaba nada. Fue un 20% de toque por parte del atlista y 80% de clavado leonés.
Mucho dan por vencedor a León que de alguna manera mantiene un estilo desde que estaba matosas y bien fortificado por Ambríz, Holan lo adopta y adapta perfecto, pero no den por descontado al Atlas. Tienen un buen cuadro y grandes individualidades. Probablemente León hombre por hombre pudiese estar poco arriba, salvo en la portería, pero en la colectividad son mejores y la final-final tendrá escenario rojinegro hambriento de una sola victoria que les de la alegría jamás obtenida desde hace 70 años.