Ciudad de México.- Con una montaña rusa llena de subidas y bajadas, con risas, muchos agradecimientos y un show inolvidable es como Harry Styles regresó a la Ciudad de México para llenar de amor a más de 56 mil personas que abarrotaron el Foro Sol con su Love On Tour.
Solo habían pasado seis minutos después de las nueve de la noche y la locura se desató dentro del Foro Sol. Harry apareció en el escenario con esa actitud sensual que lo ha caracterizado desde que formaba parte de One Direction y así, sin el menor aviso, puso a cantar y bailar a miles de personas que abarrotaron el recinto con Music For a Sushi Restaurant.
Como siempre, los fans mexicanos tratan de hacer su experiencia única y compartirla con su artista favorito, y los seguidores de Harry no fueron la excepción. En cuanto las primeras notas de Golden se escucharon en las bocinas, la pista y las gradas del Foro —las cuales se movían con los saltos de la gente— se iluminaron en colores naranja y amarillo, sí, la luz de los celulares que fue transformada con solo pedacitos de papel que los dueños les colocaron a la lámpara de su teléfono.
Styles tiene muy claro que lo suyo es el pop, pero ese de calidad, que divierte y que viene siempre vestido con una producción impecable en donde las luces del escenario fluyen con la música, las imágenes de la pantalla central y las laterales son tan nítidas que se logra ver la felicidad del británico frente al cálido recibimiento de sus fans, por lo que decidió hacer un recorrido por la pasarela instalada en la pista recibiendo ovaciones de cada lado en donde se detenía a la vez que daba vida a Adore You.
Harry no sólo despierta esas ganas de ser fan y saberse las canciones, también es motivo para sacar la parte más divertida que hay en cada uno y eso es lo que sus fans plasmaron en la noche. Chicas con estolas de colores, chicos con el cabello rosa, morado y/o azul, vestuarios inspirados en las bolas disco de los años 80, sombreros tejanos de colores y con plumas y las chamarras de pelitos con diseños extravagantes fueron parte de la velada.
Dicen que menos siempre va a ser más y el egresado de One Direction lo tiene muy claro. En el escenario solo estaba él, sus músicos colocados en tres tarimas de diferentes colores y sus coristas que lo flanqueaban… sabe que su talento es suficiente para, después de dar vida a Keep Driving y Satelite, que la gente coree su nombre pidiendo más de su música, más de él.
¡Y cómo no! La vez que Harry vino a la Ciudad de México, en 2013, era un chavito de 19 años que estaba a punto de descubrir que su camino era en solitario. Ayer, casi 10 años después, y una visita en medio, Styles es un hombre que trae encima tres discos de estudio y la experiencia de dos giras mundiales que demuestra en temas como She, en donde la guitarra acústica siempre sirve para bajar la energía y acumularla para la siguiente canción.
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