México.- Lograr que la inteligencia artificial (IA), que avanza en diversos campos, sea un desarrollo científico que busque el bienestar general de la humanidad y no profundice diferencias e inequidades entre personas, culturas y países, es uno de los objetivos de la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial desarrollada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la cual fue presentada por la UNAM y el organismo internacional.
En 2021 los Estados miembros de la UNESCO adoptaron esta primera norma mundial, un instrumento en forma de recomendación que establece principios y valores para hacer realidad las ventajas de esta tecnología y reducir los riesgos que conlleva.
“La inteligencia artificial juega un papel cada vez más importante en el funcionamiento cotidiano de la sociedad de maneras que frecuentemente no son aparentes, otras sí lo son, y que una vez implementadas tienden a volverse parte de lo usual, de lo diario, y no necesariamente se cuestionan. Eso intrínsecamente no es malo, si bien hay muchas áreas donde los beneficios son claros, pero como ha sucedido con otras transiciones tecnológicas, puede exacerbar desigualdades entre las personas y los países”, señaló el coordinador de la Investigación Científica (CIC) de la UNAM, William Lee Alardín.
La presentación de manera conjunta se llevó a cabo a distancia por parte de la UNESCO, la UNAM –a través de la CIC–, la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible, el Programa Universitario de Derechos Humanos (PUDH) y la Cátedra de Diplomacia y Patrimonio de la Ciencia.
Lee Alardín sugirió reflexionar sobre el uso presente y futuro de la inteligencia artificial y sus beneficios para la sociedad. “Esta Recomendación toca los riesgos y acciones que debemos tomar para modular los efectos, dirigiéndolos hacia los beneficios y alejándolos de los prejuicios lo más posible”.
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