Juan Alberto Vázquez
EU.- Michael Cohen, testigo estelar en el juicio penal en contra de Donald Trump y que durante una década funcionó como el “matón designado” del expresidente cumple su segundo día en la silla de los testigos.
Del mismo modo, por segunda jornada consecutiva el expresidente Trump recibió apoyo de prominentes figuras republicanas que se hicieron presentes en la sala del juez Juan Merchán. Entre un grupo grande de figuras, el lunes acudieron los senadores J. D. Vance y Tom Tuberville. Este martes fue el turno del presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson y el ex precandidato demócrata, el joven Vivek Ramaswamy, quien además, al igual que Vance, esta incluido en la terna de posibles candidatos a ser el Vicepresidente de Trump, en caso de que regresara a la Casa Blanca.
Durante su largo relato, Cohen ha ofrecido lunes y martes detalles de su relación con el expresidente y avanzó sobre los reembolsos ilegales que le hicieron para cubrir el pago que, por su parte, él debió hacer para comprar el silencio de la exactriz porno Stormy Daniels.
Cohen, quien se inventó para sí mismo la definición de “matón designado” de Trump, pintó el caos y angustia que trajo el equipo de campaña del entonces, y ahora, candidato presidencial republicano, la aparición del audio conocido como “Access Hollywood” donde se escucha a Trump blofear que por ser una estrella él puede “agarrar a las mujeres” de dónde lo deseé sin resistencia.
A partir de la difusión de ese audio, Cohen, Trump y el director del tabloide sensacionalista The National Enquirer, David Pecker, conspiraron para tratar de mantener historias negativas de Trump en silencio y buscar publicar otras que engrandecieran su imagen.
Si se hubiese sabido la historia de la noche que Trump tuvo relaciones sexuales con Stormy Daniels “habría sido catastrófico para la campaña” recalcó el testigo, que se prodigaba en esfuerzos en cubrirle las espaldas a Trump, y cuidar de su familia e imagen.
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Cohen regresó sobre una historia que ya había contado Pecker, cuando el tabloide sensacionalista que dirigía, para proteger a Trump, accedió a comprar en 150 mil la historia de Karen McDougal, exmodelo de Playboy. Así que cuando surgió el nuevo desafío de Daniels, Michael Cohen ingreso en crudas negociaciones tanto con el abogado de la exactriz, Keith Davidson, como con el equipo financiero de Trump en su búsqueda de gestionar el pago.
Al no obtener respuestas de casi nadie, Cohen, uno de los personajes más fieles a Donald Trump, inventó una empresa fachada y obtuvo un préstamo hipotecario sobre el valor de su vivienda. De ese modo realizó el pago.
Tras las elecciones, Trump le reembolsó a Cohen ese monto y, según los fiscales, para hacerlo falsificó registros comerciales disfrazados de gastos legales ordinarios. En ese se basa la acusación y por lo mismo es que el testimonio de este testigo ha resultado clave en la acusación y en el juicio.
Para acompañar su relato, Michael Cohen ha presentado además un caudal de pruebas que ofrecieron más verosimilitud a la narrativa. Por ejemplo, presentó un audio de una llamada que tuvo con Donald Trump cuando éste lo impulsaba a que resolviera el caso de McDougal.
También se han leído infinidad de mensajes de texto y correos electrónicos que Cohen intercambio con Dylan Howard, otro editor de The National Enquirer, con Davidson, el abogado de Daniels, con Steve Bannon, director ejecutivo de la campaña, o con Allen Weisselberg, el Director Financiero de la Organización Trump.
Se espera que en cuando termine el turno de la fiscalía, la defensa de Trump arremeta en su contrainterrogatorio contra este testigo al cual se han referido como un criminal y un mentiroso compulsivo.
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