Redacción
Sinaloa.- Los 12 segundos que transcurrieron en una barbería de Los Mochis cambiaron para siempre la vida de quienes se encontraban allí. Un ataque directo dejó un saldo trágico, un hombre ejecutado y otro herido.
Entre el caos, la imagen más desgarradora fue la de un niño de aproximadamente 10 años, olvidado por su padre en su desesperada huida, mientras las balas volaban a su alrededor.
Era un día aparentemente normal en la barbería, un pequeño local donde se encontraba cortandose el cabello a un niño, mientras en el fondo, otro barbero atendía a Juan Omar B., un hombre de 47 años que minutos después se convertiría en el blanco de una ejecución brutal.
La tranquilidad se rompió de golpe cuando dos sujetos llegaron al lugar con cascos de motocicleta. Apenas cruzaron la puerta, el primer atacante sacó un arma y, a escasos pasos de su objetivo, disparó. Al menos 14 balazos salieron del arma del sicario vestido con sudadera negra y pantalón de mezclilla.
El segundo atacante, desde la entrada, también disparó contra la víctima. Juan Omar B. no tuvo oportunidad de escapar: cayó de la silla mientras las balas continuaban impactándolo.
La reacción fue inmediata, pero no menos trágica, el barbero que cortaba el cabello al niño fue el primero en correr hacia la salida, dejando al pequeño en la silla con la capa aún puesta. Enseguida, el hombre que parecía ser el padre del niño huyó despavorido, sin mirar atrás.
Un cliente vestido de verde también salió corriendo, mientras las detonaciones seguían retumbando. En el fondo, el otro barbero intentó protegerse, pero fue alcanzado por dos balas en el cuerpo.
El video de seguridad muestra el momento en que el padre del niño regresa brevemente, solo para percatarse de que uno de los sicarios aún estaba rematando a la víctima. Cuatro segundos después, el silencio volvió al local.
El padre del niño ingresó de nuevo, ahora decidido a rescatar a su hijo, lo tomó de la mano con todo y la capa que aún llevaba puesta.
La víctima, identificada como Juan Omar B., era originario de Cajeme, Sonora, pero residía en Los Mochis. Según reportes no confirmados, tenía vínculos con una organización delictiva y había sido detenido en la Ciudad de México en 2015. Las autoridades señalaron que el ataque fue un ajuste de cuentas directo.
JJ