Christyan Estrada, corresponsal
Coahuila.- Las caravanas migrantes han dejado de cruzar por Coahuila debido a los operativos de detención por parte de autoridades migratorias y gobiernos municipales, afirmó Alberto Xicotencatl, director de la Casa del Migrante de Saltillo. Aunque el flujo migrante continúa, ahora se desplazan en grupos pequeños y de forma menos visible, lo que ha cambiado la dinámica de tránsito por la entidad.
“Cuando viajan en grupos muy grandes, es común que las detenciones ocurran desde Monclova hasta Piedras Negras, lo que hace que la región no sea una zona segura para el paso de migrantes”, explicó Xicotencatl. Aseguró que, aunque Coahuila ya no es una ruta prioritaria para las caravanas, esto no significa que no haya migrantes transitando por el estado.
Sobre la situación migratoria en la frontera norte, el director de la Casa del Migrante expresó preocupación por la posible llegada masiva de personas antes de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en 2025. Basado en experiencias previas, prevé que el flujo migratorio aumente significativamente antes de que Trump asuma el cargo, lo que podría provocar una crisis en las fronteras de México con Estados Unidos, particularmente en municipios como Piedras Negras y Ciudad Acuña.
Xicotencatl advirtió que el posible fin del programa “CBP one”, que permite solicitar asilo en territorio estadounidense, podría generar un colapso en la frontera, ya que miles de migrantes se verían obligados a esperar en territorio mexicano. “Habrá que realizar un trabajo profundo de prevención, atención y planeación, porque si no hay un plan de respuesta, la situación podría desbordarse”, señaló.
En cuanto a la Casa del Migrante de Saltillo, el director informó que este 2024 han atendido a cerca de 7,000 personas y prevé cerrar el año con aproximadamente 8,500, debido al incremento de la movilidad en diciembre, un mes donde históricamente se registra mayor tránsito de migrantes.






Migrantes en busca de un sueño: entre la esperanza y el miedo
La travesía hacia Estados Unidos sigue siendo una prueba de resistencia, fe y valentía para miles de personas en contexto de movilidad que buscan un futuro mejor. Tres historias de vida reflejan la incertidumbre, el temor y la esperanza que enfrentan día a día.
Micaela, originaria de Ecuador, relata que viaja junto a su hermana menor, lo que hace su camino aún más complicado. “Nos da mucho miedo por mi hermana, por eso preferimos quedarnos aquí y esperar los trámites. Estamos en el refugio y salimos a trabajar”, comenta. Aunque la idea inicial era entregarse en la frontera, las crecientes dificultades y el peligro en la ruta los hicieron replantear su decisión. “Si más adelante se presenta la oportunidad de iniciar los trámites para el refugio, pues bienvenido sea”, añade.
Por su parte, un joven nicaragüense, que lleva semanas en la travesía, expresa su confianza en el esfuerzo diario para avanzar. “Primeramente Dios, los planes son seguir trabajando aquí, recoger dinero y movernos más adelante, quizá a Monclova o Piedras Negras”, relata. Su camino ha estado marcado por largas jornadas a bordo de trenes y el peligro constante. “Desde el sur de México hasta aquí nos tomó entre 20 y 26 días. Los trenes van a gran velocidad y es muy peligroso”, afirma.
Daniel Rivera, de origen guatemalteco, narra una experiencia de extrema resistencia. Su recorrido ha sido, en su mayoría, a pie. “Caminando desde Chiapas hasta Puebla, luego a la Ciudad de México, todo eso a pie”, asegura. La travesía le tomó cerca de dos meses y estuvo marcada por días enteros bajo el sol y noches de incertidumbre. “El problema para uno es estar en la frontera, buscar la forma de pasar, como todos”, comparte. Aunque aún no ha solicitado refugio, no descarta la posibilidad si se presenta la oportunidad.
Estas tres personas se encuentran actualmente en la Casa del Migrante de Saltillo, donde han hecho una pausa en su trayecto y en su anhelo de alcanzar una vida mejor a la de sus países de origen. Con la llegada de diciembre, muchos ven en esta temporada una oportunidad para lograr su objetivo, pero el riesgo y la incertidumbre continúan presentes en cada paso del camino.
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