Tuxtla Gutiérrez.- El lugar del accidente donde 56 indocumentados murieron y más de un centenar resultaron heridos se convirtió en un jardín santuario en honor a los migrantes que viajaban hacinados dentro de un tráiler en el estado mexicano de Chiapas. María, quien lleva más de 45 años trabajando en la producción y venta en el Vivero Berriozabal, donó su tiempo y plantas para hacer del lugar, conocido como la curva del migrante, un jardín.
Para esta obra se utilizaron 100 metros de pasto alfombra, 56 plantas Sansevieria, una planta que aguanta cualquier clima y simula una vela, piedras de río, 10 costales de abono y tierra. “Ahora el mural luce esplendoroso, el lugar revivió luego de la tragedia” dice María.
La cultivadora, que se sumó con gusto a colaborar con los vecinos de Chiapa de Corzo, aseguró que disfruta hacer jardines, “pero en esta ocasión” le “tocó hacer el jardín más difícil, que es por dolor. Los jardines se hacen por alegría y por gusto”. Esta acción surgió luego del accidente del pasado 9 de diciembre, que provocó la muerte de 56 migrantes, al volcar un camión de traficantes de personas en Chiapas, fronterizo con Guatemala.
Durante esta semana cientos de personas han demostrado su solidaridad al dejar flores y veladoras, ciudadanos guatemaltecos se detienen a rezar y a dejar algunos quetzales, botellas de agua, cruces de madera, imágenes de la Virgen de Guadalupe y angelitos.
Los familiares de los fallecidos y heridos, que poco a poco van arribando para preparar los trámites de repatriación, han llegado al lugar del accidente para dejar flores y carteles con emotivas palabras de despedida.
JR