Fuente: Rocío Hernández
México.- La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, a través de la Dirección del Sistema de Teatros, conmemora el centenario del natalicio de uno de los más importantes pensadores mexicanos del siglo XX:
Sergio Magaña, reconocido escritor de quien, desde 1991, se confirió su nombre a un recinto teatral de la dependencia capitalina. Para celebrar al autor dramático se desarrolló una puesta en escena que dialoga con su mirada crítica desde la teatralidad contemporánea. Bajo la curaduría y adaptación de Ángel Hernández, un joven equipo creativo se internó en Los motivos del lobo, texto que plasmó una de las historias más perversas que trascendieron la nota roja y llegaron a la literatura y al cine: el caso de Rafael Pérez Hernández y su familia.
Se trata de la tercera producción original del año del Sistema de Teatros, después de los montajes de Pez globo y Distopía skate, dirigidas a las infancias y a las juventudes, respectivamente.
Lobos es una reconstrucción testimonial del cautiverio que vivió una familia mexicana hacia finales de los años cincuenta; una mirada al interior de una casa/prisión en la que sus habitantes/criaturas, alteran por instinto la relación con su espacio/tiempo; un estudio sobre el salvajismo, en el que una manada/familia devela la estructura social de la privación del deseo, a partir de sus propios motivos.
Han pasado más de sesenta años del descubrimiento del caso. El amarillismo de la nota roja, la novela de Luis Spota, la película de Arturo Ripstein y la obra del propio Magaña han mitificado la imagen de Pérez
Hernández, de quien se afirmó durante 18 años había mantenido a su familia encerrada al interior de una casa ubicada del otro lado del puente de Tlatelolco. En una ciudad que se urbanizaba a pasos agigantados, en diversos sectores de la población se generó un temor a la maldad del mundo exterior y, por tal motivo, un hombre llevó al extremo la necesidad de mantener sus ideales familiares a la defensiva del cambio social.
JJ