Moscú.- La decisión de las autoridades ucranianas de expulsar a los monjes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, subordinada al Patriarcado de Moscú, de su principal sede, el Monasterio de las Cuevas de Kiev (Kiev-Pechersk Lavra), es inadmisible e indignante, declaró hoy el Kremlin.
“Se trata de una actitud sin precedentes respecto a los representantes de la Iglesia Ortodoxa de Rusia. Consideramos esto inadmisible y claro está, consideramos que la comunidad internacional debe reaccionar de un modo adecuado a esta decisión indignante”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El secretario de prensa de la Presidencia rusa recalcó que el Kremlin “está preocupado” por la situación en torno al clero, que deberá abandonar su sede antes del 29 de marzo.
El pasado 10 de marzo la reserva nacional de Kiev-Pechersk informó al monasterio de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana que rescindía el contrato de uso gratuito del monasterio, los templos y otras propiedades de los religiosos, por lo cual estos debían abandonarlo antes de fines de marzo.
La decisión se produce después de que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) haya practicado registros en las sedes de esta congregación y abierto causas penales en contra sus principales representantes por “actividades subversivas”.
Además, el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania anunció sanciones contra una decena de clérigos y personas vinculadas a la congregación prorrusa, incluyendo al gobernador del Monasterio de las Cuevas de Kiev, Pavlo (Lebed), y el exdiputado de la Rada Suprema, Vadim Novinski.
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