La nueva variante de coronavirus detectada por primera vez en Sudafrica, omicrón ha puesto en alerta a medio mundo ante el temor a una nueva ola de contagios a solo un mes de la Navidad. Algunos gobiernos han comenzado ya a recuperar algunas medidas para frenar los contagios, y otros, como los de Israel, Marruecos o Japón, han optado por cerrar de nuevo sus fronteras temporalmente, decisiones que el gobierno sudafricano ha interpretado como un “castigo” al ser “injustificadas”.
En Europa, Bélgica fue el primer país en detectar un caso de la variante ómicron. Le siguieron el Reino Unido (3), Alemania (3), Dinamarca (2), Italia (1) y Países Bajos (13). Francia, Portugal, Austria y República Checa están estudiando varios casos de pacientes ante la duda de que también puedan haberse contagiado de esta nueva variante.
En el Reino Unido, Boris Johnson ya ha reaccionado ante la llegada de esta nueva versión del virus: las mascarillas volverán a ser obligatorias en los comercios y el transporte público, aunque no en la hostelería, en Inglaterra a partir del martes, cuando también se espera que empiece a exigirse una prueba PCR, y no de antígenos, durante los dos primeros días de estancia en el país.
Por su parte, los países de la UE también han anunciado que prohibirán o restringirán los vuelos procedentes de Sudáfrica y otros destinos sospechosos de ‘exportación’ de ómicron. España, por el momento, no tiene la sospecha de que ninguno de los recientes contagios puedan ser nuevos casos de ómicron y se mantiene a la espera del Consejo de Ministros que tendrá lugar el martes para aplicar las medidas que frenen su avance.
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