Ernesto Gloria Chong, reportero
México.- Los Industriales organizados del país, agrupados en la CONCAMIN, se pronunciaron en torno a la reforma laboral para reducir la jornada a 40 horas semanales, en la que señalan que se debe tomar en cuenta la posibilidad de cada empresa, su productividad y los efectos que tendría en las propias empresas, pero también en otros aspectos como los precios de los alimentos, los empleos y en las prestaciones sociales de los trabajadores.
Alejandro Malagón dijo que no se trata de ir en contra de los beneficios de los trabajadores, porque señaló que los patrones están a favor de mejorar la calidad de vida de sus colaboradores, pero dijo que se requiere realismo.
“Este tipo de reformas requiere de una dosis de realismo, no se trata sólo de una buena voluntad, se trata de ingeniería laboral, de capacidades operativas y sobre todo de responsabilidad presupuestaria, con una madurez institucional… una jornada semanal menor modifica el cálculo proporcional de los derechos como las vacaciones, aguinaldo, primas dominicales, aportaciones al IMSS y al Infonavit y al reparto de utilidades; si no se armoniza correctamente el Marco jurídico podría generarse duplicidades, distorsiones o cargas laborales adicionales no previstas. Esta revisión normativa debe incorporar desde el diseño de la reforma para evitar que una medida bienintencionada termine en un aumento o incrementando la complejidad y los costos en su cumplimiento”
Recordó que los sectores productivos del país no son homogéneos y el mayor número de empleos los generan las mipyes que enfrentan diversas problemáticas. Hizo una serie de propuestas entre ellas la reorganización del trabajo en las empresas, para evitar que los costos laborales por horas extra se vuelvan un lastre para las empresas; revisar cómo se impactarán otras prestaciones; en el ámbito alimentario, ver si el encarecimiento del costo laboral no se traslade a los productos y analizar cómo interactúa la jornada con la productividad, ya que señaló que hay sectores esenciales ya identificados que no pueden detenerse, entre ellos, los de salud, seguridad, minería, agroalimentarios entre otros.
“Para estos sectores proponemos establecer regímenes especiales que incluyan formas distintas del cómputo de la jornada, límites y diferenciando las horas extraordinarias y los esquemas fiscales adecuados, del mismo modo, la aplicación diferenciada de la reforma no debe limitarse únicamente al tamaño de la empresa, eso es fundamental, que se tome en cuenta la función específica que desempeñan las personas que trabajan ahí, así como las distintas realidades regionales y estatales del país que incluyen los niveles de la productividad, informalidad y capacidad de actuación”.
El presidente de Concamin señaló que lo que el sector privado busca es una reforma laboral que se traduzca en una jornada más humana, que se dé de manera gradual, pero sin desfundar la economía productiva ni ahuyente la inversión, en especial que ésta se dé después de la revisión del TMEC, para evitar complicaciones en su implementación.
JJ