Era una jovencita que apenas tenía 16 años de edad cuando disputó esta final olímpica llevándose la medalla dorada. Era una estudiante del secundario en Riverdale, estado de Illinois. Unos meses antes de los Juegos Olímpicos uno de sus profesores la vio casualmente correr para alcanzar el tren: dicho docente quedó impresionado por la velocidad con que esta jovencita logró su objetivo. Al día siguiente la contacta en el “High School”, le comenta qué es lo que había visto el día anterior con relación a su persona, y por tal motivo la invita competir en una pista cerrada, más bien en un corredor de dicha institución docente. Era la primera vez que Betty corría una carrera y se impuso en la misma.
Su segunda competición la hace ya al aire libre y sobre una pista reglamentaria. ¡En la misma bate el récord mundial en poder de la japonesa Kinue Hitomi! Betty Robinson corre los 100 metros en 12.2 seg. ¿Y la final de los Juegos Olímpicos? Fue la cuarta vez que esta jovencita compitió en toda su vida y con el mayor de los éxitos: ¡un verdadero talento! ¡Algo nunca visto hasta entonces! A esto se agrega que también obtiene la medalla de plata en la posta 4×100 metros. Pero luego de ello una gran tragedia entró en la vida de esta novata campeona olímpica.