El 9 de diciembre de 2020 Italia se despertaba sacudida por la noticia del fallecimiento a los 64 años de Paolo Rossi, el delantero símbolo de la Copa del Mundo conquistada por la selección “azzurra” en España’82. Un año después, el recuerdo de “Pablito” sigue muy presente en Italia, donde se multiplican las iniciativas para honrarle.
Una enfermedad incurable dejó al mundo del fútbol sin un delantero instintivo, inteligente, capaz de sobreponerse a la falta de fuerza física con su excelente olfato goleador. Pero sobre todo falleció un hombre elegante, amable, disponible y humilde, que fue despedido en su funeral por una multitud de excompañeros, amigos y simples aficionados que le veían como un ídolo y un ejemplo.
Alcanzó la gloria futbolística en España, donde Italia conquistó hace 39 años la tercera de sus cuatro Copas del Mundo (1934, 1938, 1982 y 2006) y su imagen sigue viva en la memoria de los italianos que disfrutaron de sus goles en directo y de los que crecieron con los cuentos de sus padres o los vídeos de esa hazaña deportiva.
Apodado “Pablito”, Paolo Rossi era un chico normal de Santa Lucía (Prato) que se convirtió en ídolo eterno en un Mundial inolvidable para Italia, que se coronó en el Santiago Bernabéu contra Alemania Federal tras llegar a ese torneo muy lejos de los favoritos.
AJGD