02/10/23 .- El fuerte carácter de Antonio Mohamed siempre se ha distinguido desde su llegada al futbol mexicano con Toros Neza, equipo del que don Juan Antonio Hernández, su propietario, logró marcar momentos de gran entusiasmo en la afición de Ciudad Neza catapultándolos hasta una gran final que perdieron ante Guadalajara.
Mohamed, con ese aspecto regordete, discutía en todo momento con los árbitros que consideraba hacían mal marcaje, adverso, y se enfrascaba en discusiones frente a rivales de manera constante, aunque a ciencia cierta, el “Turco” hacía con el toque de pelota un deleite acompañado por jugadores como Arangio, Lussenhoff, Miguel Herrera, Memo Vázquez y Larios en la puerta, aunque también le tocó en algún momento compartir con el arquero George Steel, suizo por cierto, que tenía grandes argumentos para cuidar el marco.
Lo que sucedió con Mohamed, técnico de Pumas, en las declaraciones que hizo a la prensa terminando el juego ante América, incluso sobre el cierre de este tratando de provocar a la banca azulcrema, fue una más de esos textos generados en su mente más por calor, por enojo, que por realidad en el campo.
Si consideramos que Pumas se tenía que haber quedado con 10 elementos por una plancha ante Martín cuando era muy joven el encuentro y que además significaba un tiro penal a favor del América, y que además el penal marcado favorablemente a “Cabecita” fue bien avalado, nos damos cuenta de que el “turco” habló más con el hígado que con la lógica. Imagine que dijo que las Águilas jugaron al contragolpe cuando fueron justamente quienes tuvieron mucho más el dominio del partido. Seguramente estaba más enojado por perder un clásico y el mal funcionamiento de su equipo.
El problema para Mohamed es que cuando Pumas va poco a poco mejorando está muy cerca de ser sancionado económica y probablemente suspendido. Uno por decir que el árbitro en turno fue al Azteca a recibir órdenes, nunca dijo de quién, y el problema que estuvo a punto de generar en la banca del rival cuando los jugadores, en este caso de América, son los menos culpables de la condición arbitral en el campo.