Seguramente el argentino Miguel Marín es hasta ahora el mejor portero extranjero que ha llegado al futbol mexicano y convertido en una de las más grandes leyendas de la Máquina Celeste de Cruz Azul. Se incorporó a nuestra liga en diciembre de 1971 traído por don Guillermo Álvarez Macías, presidente del equipo, después de haberlo visto en un viaje a la Argentina jugando para Vélez Sarsfield.
A partir de entonces Miguel Marín, bautizado por el gran comentarista Ángel Fernández como “Superman” por esos fantásticos vuelos y reflejos extraordinarios, se convirtió en líder y emblema celeste en su mejor época de gloria al conquistar cinco títulos de liga, un Campeón de Campeones y un título internacional de la Concacaf. Después de la gloria bajo el marco, fue entrenador del propio Cruz Azul, Coyotes de Neza y Querétaro. También fue auxiliar de Bora Milutinovic en la selección del mundial México 86.
El 30 de diciembre de 1991 una noticia increíble corrió rápidamente, Miguel Marín, que vivía en Querétaro, había fallecido a sus escasos 47 años. Un infarto fulminante acabó con su vida.