La selección de Portugal doblegó este lunes en la tanda de penaltis a Eslovenia y se clasificó para los cuartos de final de la Eurocopa 2024, en los que se enfrentará el próximo viernes a Francia, después de la fantástica actuación de Diogo Costa, que paró tres lanzamientos desde los once metros.
De las lágrimas por fallar un penalti en la prórroga, a las risas después de ganar a Eslovenia en la tanda de penaltis, Cristiano Ronaldo tendrá una vida extra más en la Eurocopa gracias a la gran actuación de su portero Diogo Costa, que reinó en la tragicomedia de su compañero después de parar tres penas máximas en la tanda de penaltis y de salvar un mano a mano ante Sesko en el último instante de la prórroga.
Cristiano se vio eliminado de la Eurocopa durante muchos minutos. Oblak, un muro impenetrable, otro portero excelso que merece un monumento, frenó todos sus intentos. El más intenso, en la primera parte de la prórroga, provocó el llanto del inagotable futbolista portugués, que no contuvo sus emociones después de fallar un penalti que habría evitado la lotería posterior desde los once metros. Pero ahí apareció Diogo Costa, para rescatar a su compañero, que después se atrevió de nuevo con una pena máxima que, esta vez, no falló.
Portugal y la tragicomedia de Cristiano
A Roberto Martínez no le tuvo que gustar nada el experimento de la última jornada de la fase de grupos, en la que salvó alguna excepción, se enfrentó a Georgia con un once plagado de teóricos suplentes. Perdió, la imagen rozó el desastre y volvió a los orígenes, a su equipo más reconocible con el que triunfó en sus dos primeros partidos de la Eurocopa. Los mismos que doblegaron a Turquía 0-3 aparecieron por el césped del Frankfurt Arena para terminar con la aventura de la voluntariosa Eslovenia.
Francia rumbo a cuartos de final.
Entre todos, estaba de nuevo Cristiano Ronaldo. El delantero del Al-Nassr lo ha jugado casi todo. Sólo se perdió los últimos 25 minutos de la derrota ante Georgia. Su ambición parece no tener límites y Roberto Martínez va con su atacante a muerte. No le importan las críticas que deslizan que por muchos goles que meta y por muy bien que se encuentre físicamente, sea un lastre para el esquema de Portugal. El técnico del combinado luso apuesta por él y punto.
Y como en los anteriores duelos, Cristiano volvió a sacar a la luz su ansiedad. Aún no ha aplacado su voracidad insaciable durante la Eurocopa y necesita celebrar un gol para calmarse. Es absolutamente necesario, porque si no le va a dar un ataque. Contra Eslovenia, desde el primer segundo, demostró con un exceso de histrionismo que quiere convertirse en el jugador de más edad en marcar en toda la historia del torneo. Esas prisas y ese anhelo quizá contagió a Portugal, en exceso revolucionado y siempre con la quinta marcha puesta. No había pausa alguna. Todo funcionaba con demasiadas revoluciones.