Redacción deportes, 23 sep (EFE).- En una acción aislada entre la incertidumbre del Manchester United, Bruno Fernandes rescató a su equipo con un gol soberbio que bastó para superar al Burnley (0-1) y con el que los ‘Diablos Rojos’ cerraron una crisis de tres derrotas consecutivas.
Agarrotado tras un inicio errático de curso, ubicado antes del duelo en la decimotercera plaza después de acumular dos victorias y tres derrotas en Liga, el Manchester United se enfrentó a una visita complicada ante un equipo muy necesitado como el Burnley. Su rival tampoco andaba para tirar cohetes, en puestos de descenso y sin sumar tres puntos de una tacada.
Los hombres de Erik ten Hag sumaban malísimas sensaciones antes del pitido inicial. En algún tramo de la temporada pasada, el técnico neerlandés dio con la tecla y el United funcionó hasta clasificarse para la Liga de Campeones. Sin embargo, el Manchester United del inicio de la presenta campaña se parecía más al Manchester United anterior a la llegada de Ten Hag.
Sin rumbo, perdido, sin aparente criterio para formar un grupo coherente, los “Diablos Rojos” llegaron esta semana a las tres derrotas seguidas en todas las competiciones. Desde 1978, cuando Dave Sexton llevaba el timón del equipo, no ocurría nada parecido. Y, además, el último tropiezo, frente al Bayern Múnich, dolió especialmente a jugadores como André Onana, una de las apuestas del United este verano para suplir a David de Gea.
Para paliar todas esas debilidades, Ten Hag tuvo una idea que algunos seguro que calificaron de lunática. Alineó en el centro de la defensa a Jonny Evans, todo un sorpresón. A sus 35 años, no era titular en el United desde 2015. Fue canterano y llegó al primer equipo con Álex Ferguson. Volvió este verano al club tras el descenso del Leicester y firmó un mini contrato para la pretemporada. Al final se quedó y casi una década después, reapareció en un once del equipo que le vio crecer.
Evans no se arrugó y fue de lo mejor de un equipo previsible y perdido, dominado por el Burnley durante casi toda la primera parte y que se marchó victorioso al vestuario gracias, en parte, a su veterano. En tareas defensivas, se hizo un gigante ante las intentonas locales. Y, además, en ataque, marcó un gol de cabeza que fue anulado por fuera de juego de Rasmus Hjlund y asistió a Bruno Fernandes en el único tanto del acto inicial.
Desde el centro del campo, al filo del descanso, se inventó un pase a la espalda de la defensa del Burnley medido a la bota izquierda del jugador portugués, que con un voleón impresionante marcó el que probablemente será el gol de la jornada.