Redacción Deportes, 2 abr (AJGD).- La Polémica de los Medias Blancas de Chicago de 1919 es uno de los escándalos más infames en la historia del béisbol estadounidense, que involucró la manipulación de un campeonato de la Serie Mundial. El caso se centró en ocho jugadores de los Chicago White Sox, quienes fueron acusados de conspirar para hacer que el equipo perdiera a propósito a cambio de sobornos de apostadores.
Contexto
La Serie Mundial de 1919 enfrentó a los Medias Blancas de Chicago contra los Rojos de Cincinnati . Los White Sox, un equipo talentoso, eran ampliamente favoritos para ganar. Sin embargo, un grupo de jugadores clave del equipo, que no se sentían adecuadamente remunerados por sus propietarios y estaban descontentos con las condiciones económicas del béisbol en general, se aliaron con apostadores para alterar los resultados de la serie.
Los jugadores implicados fueron Eddie Cicotte, Chick Gandil, Joe Jackson, Buck Weaver, Swede Risberg, Happy Felsch, Fred McMullin y Cecil Travis. A lo largo de la serie, los jugadores cometieron errores deliberados, como fallos en jugadas claves y un rendimiento deficiente, que condujeron a la derrota de los White Sox ante los Reds.
Un dueño tacaño y el nacimiento de los Medias Negras
Como en muchos casos, la venganza puede ser un gran motivo para poner en riesgo tu carrera y todo esto se dio gracias a un dueño tacaño.
Charlie Comiskey, un hombre de 60 años, conocido por su extrema avaricia y tacañería, cualidades comunes entre muchos de los grandes empresarios de la época. Un claro ejemplo de su carácter fue que se negaba a cubrir el costo de la limpieza de los uniformes de los jugadores. Ante esto, los jugadores decidieron hacer una huelga de limpieza en 1917.
Cuestión que causo que durante gran parte de la temporada los jugadores no lavaran sus uniformes los que les causo el mote de Medias Negras. Nombre que sería perfecto para lo que se vendría en 1919.
Finalmente, Comiskey accedió a que se lavaran, pero descontó el gasto de los salarios de los jugadores. Mientras otros equipos proporcionaban a sus jugadores una asignación de cuatro dólares diarios para gastos, él solo les daba tres, a pesar de que en 1917, sus jugadores habían ganado la Serie Mundial. Aunque él había prometido una prima por el triunfo, lo único que entregó fue una caja de champán barato.
Este era el ambiente en el que, en 1919, los Chicago White Sox llegaron nuevamente a la final de la Serie Mundial, esta vez enfrentando a los Cincinnati Reds. Los White Sox eran claros favoritos para ganar. Sin embargo, este favoritismo despertó la codicia de un apostador de Boston llamado Joseph Sullivan y de un jugador de los White Sox, Chick Gandil, quienes vieron una oportunidad lucrativa en que los favoritos perdieran el campeonato, lo que dio origen a una trama de arreglo de partidos para manipular las apuestas.
La conspiración de los llamados Medias Negras
La trama se gestó a lo largo de varios meses antes de la Serie Mundial de 1919. Los apostadores, encabezados por Arnold “Chick” Gandil, se acercaron a varios jugadores del equipo con la promesa de grandes sumas de dinero a cambio de perder de forma controlada. En total, los apostadores pagaron a los jugadores un estimado de 100,000 dólares, lo que equivaldría a alrededor de un millón de dólares en la actualidad, para que dejaran que los Reds ganaran.
Aunque la conspiración estuvo bien planeada, no todos los jugadores involucrados actuaron de la misma forma. Algunos, como Joe Jackson, uno de los mejores bateadores del equipo, expresaron remordimiento, ya que no estaban tan comprometidos con la trampa como otros. Sin embargo, su participación en el arreglo, aunque no fuera tan activa, fue suficiente para empañar su reputación y su carrera.
El escándalo y el juicio
El escándalo salió a la luz cuando Joe Gedeon, uno de los jugadores que había sido excluido del arreglo, se lo contó a un periodista. En 1920, la Major League Baseball decidió investigar el asunto, lo que llevó a un juicio público.
El comisionado de béisbol de la época, Kenesaw Mountain Landis, tomó una decisión histórica. Excluir de por vida a los ocho jugadores involucrados en la conspiración, independientemente de si fueron condenados o no en un tribunal. Esta medida fue tajante y buscó restaurar la confianza en el béisbol profesional, pero también dejó una marca indeleble en las carreras de los jugadores.
Consecuencias
A pesar de que la MLB no pudo probar de manera concluyente que los jugadores fueran culpables de manipular el resultado de todos los partidos de la serie. La decisión de Landis fue firme y los jugadores nunca más pudieron participar en actividades relacionadas con el béisbol profesional. El caso también marcó el comienzo de una serie de reformas en el béisbol para evitar futuros arreglos de partidos y mejorar la transparencia del deporte.
En cuanto a los Medias Blancas, el equipo no logró recuperarse por completo de la crisis. Y aunque algunos de los jugadores implicados, como Joe Jackson, fueron considerados por muchos como inocentes o parcialmente responsables. Nunca se les permitió regresar al deporte. El escándalo también dejó una sombra sobre el béisbol durante años, que se extendió hasta la década de 1920.
El escándalo de los Medias Blancas de 1919 sigue siendo un tema de debate y estudio, no solo por su impacto en el béisbol, sino también por la forma en que reveló la vulnerabilidad del deporte ante las influencias externas, como las apuestas ilegales. Este suceso, junto con el legado de los jugadores implicados, ha dejado una marca indeleble en la historia del béisbol.
De todos los relacionados con el caso solamente el dueño Comiskey que murió en 1931 a los 72 años, tras pelearse con todo el mundo del béisbol. Está en el Salón de la Fama.
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AJGD / REDACCIÓN