Los 38 años no es la mejor edad para jugar al futbol. En forma te puedes mantener haciendo ejercicio constante y llevando una dieta sana que te lleven a un estado físico de competencia pero no al más alto nivel, probablemente salvo la posición de portero y en ciertos casos muy específicos, pero lo ideal de jugar profesionalmente después de los treinta y medio no debería de ser de spring porque la factura edad se va cobrando y vas quedando lento, sin embrago la experiencia y el colmillo pueden ser ideales.
En México hay muchos jugadores que pasando la mitad de la década de los 30 han mostrado calidad suficiente para ser considerados en la titularidad de muchos equipos, pero en general los de esa edad y más figuras del extranjero que han llegado a México no han rendido lo esperado salvo sus cuentas bancarias.
El Alemán Bern Schuster, ex barza y Real Madrid, legó a los Pumas de la Universidad a los 38 después de haber estado en el futbol de los Estados Unidos. El fracaso fue brutal con el equipo del Pedregal al grado de irse a las primeras de cambio y por la puerta de atrás y otro que con la misma edad timó a Pumas fue el carioca Dani Alves, que si bien es cierto estuvo poco tiempo en México por la barbaridad que cometió al violar a una joven en Barcelona, que lo llevó a prisión, no fue ni siquiera sombra del Alves que vimos en Barcelona o los mundiales.
Bebeto, otro brasileño que tuvo la oportunidad de levantar la copa del mundo en Estados unidos 94 siendo un crack en el medio terreno de su selección, llegó con bombo y platillo al desparecido y emblemático Toros Neza a los 35 años, pero tampoco marcó diferencia.
Hay otros treintones que sirvieron o han servido para la venta de playeras. Con 34 y 32 años los españoles José María Bakero y Emilio Butragueño. El catalán ex Barza vino a Veracruz y en el caso del ex Real Madrid por lo menos los llevó a la final, aunque falló un remate de cabeza claro y frontal al arco que hubiera significado el título para Celaya. Sergio Canales, con 33, también de España, llegó a la final, pero nada. América lo eclipsó a él y a todos los Rayados para quedarse con el título.
Ronaldihno Gaucho, a los 34, llegó para los Gallos Blancos de Querétaro y vaya que se puso en en la espalada al equipo llegando a disputar la final, el problema es que para Ronaldinho había poco acompañamiento desde abajo por ser un cuadro muy modesto. Dos treintones cumplieron y con creces, el Chileno Iván Zamorano a sus 34 y el argentino Claudio “Pijo” López a los 30, llegaron al América para ser campeones.
Veremos que pasa con Sergio Ramos, que además de sus 38 hay que agregarle que tiene más de medio año sin jugar profesionalmente, ojalá y los 4 millones de dólares que le pagará al año el Monterrey los desquite no en acompañar al equipo a una final sino ganarla, aunque no sea en el Gigante de Acero.