18/12/24 .- La salida de Checo Pérez de Red Bull Racing Team en la Fórmula Uno era más esperada que la Crónica de una muerte anunciada de García Márquez, y sin más, meramente por la estrepitosa caída que tuvo en la temporada que acaba de terminar, con el tapatío en el octavo puesto del Campeonato Mundial de Pilotos, luego de haber sido subcampeón de la categoría, además, algo de suma importancia para los dueños de los equipos, el Mundial de Constructores al que poco pudo colaborar “Checo” y tuvo que entregarse a McLaren.
Seguramente los mexicanos vamos a ver con ojos muy distintos la realidad entre Pérez y Christian Horner, el hombre más fuerte de Red Bull, que -por cierto- varias veces criticó abiertamente las actuaciones del piloto de Guadalajara, pero también en muchas otras lo defendió.
No somos Estados Unidos ni la Gran Bretaña como hacedores de pilotos. Nos cuesta mucho -el alto nivel- también en la conducción de autos y por eso tal vez México llora hoy la salida de Checo que se da por la puerta de atrás, a la que probablemente deberíamos, por lo menos como lo dice seguramente -de manera más política que cierta- el propio Pérez, en su video de despedida. Quedamos muy agradecidos por darle la oportunidad de ser un protagonista en el que fue equipo de moda dentro del Gran Circo, lamentablemente -para Sergio Pérez y los mexicanos- con un mejor piloto de coequipero, Max Verstappen, con los mejores coches, apoyos y todos los reflectores para él.
Digamos que el piloto tapatío funcionó perfecto como el segundo de la escudería y al no dar más entonces Red Bull, solo dijo “next”, como cualquier negocio en el que algo falla, hay que cambiarlo. Lo que no sabían en el equipo austriaco es que somos un país de garbanzos de libra y cuando pasa esto lo tomamos a título personal.
Gracias Sergio Pérez, así como Hugo, Fernando y Julio César, lograste detener por ratos la vida diaria de México.
FEG