03/10/24 .- Con reporteros en conferencia poniendo atención a las declaraciones de “Nene” Beltrán de cara al cásico tapatío frente al Atlas el sábado entrante, de pronto cayó un artefacto enviado desde el vestuario del primer equipo que hizo explosión en la sala de prensa. Se trató de un vulgar cohete pero que alcanzó al lastimar a un camarógrafo sin ser nada que requiriera más que la supervisión médica, por fortuna.
El problema es que fue un jugador que quiso o lastimar o simplemente gastar una broma en los peores momentos de Chivas de cara al clásico, con el técnico Fernando Gago a punto de abandonar el equipo para irse a dirigir a Boca Juniors y con un Javier “Chicharito” Hernández prendido ante las críticas de los medios de comunicaciones meramente por no soportar que, por números, es uno de los peores refuerzos que han llegado a Chivas
No fueron las formas, los momentos y mucho menos la elección de un mini petardo en caso de que fuese una broma. Al final fue Roberto “Piojo” Alvarado el que ofreció una disculpa, después de que la mayoría había abandonado las instalaciones de Verde Valle, lugar donde entrena el club Guadalajara, considerando que solo se trataba de una broma en la que no quiso perjudicar a nadie.
Ojalá y Chivas tome una acción respecto a su jugador, sin importar su jerarquía en el equipo, y muestre fuerza en una sanción que no vaya a quedar exclusivamente en lo económico.
No es posible que un jugador de selección nacional, al que también Javier Aguirre tendrá que llevarlo a una plática con ellos, pueda reaccionar de esta manera tan ligera en una situación que tratando de un petardo o cohete pudo haber terminado de peor manera.