El Sevilla se impuso 2-0 al Wolfsburgo alemán, con goles de Joan Jordán en los comienzos y de Rafa Mir en la prolongación, y logró su primera victoria en esta fase de grupos de la Liga de Campeones, con lo que en la última jornada depende de sí mismo para estar en los octavos de final, para lo que tendrá que ganar en Austria ante el Salzburgo.
Era una final para el Sevilla, que se plantó en esta quinta y penúltima jornada de la fase de grupos sin conocer la victoria, con tres empates y una derrotas, y tres puntos que le colocaban como colista, aunque por lo apretado de la clasificación las opciones de estar en los octavos aún eran reales.
Con la formación alemana también enchufada en la pelea, con dos puntos mas que los españoles, las cuentas más claras de los de Julen Lopetegui pasaban por ganar este martes y también dentro de dos semanas en Austria.
Los sevillistas, con cuatro bajas por lesión significativas, como las de Jesús Navas, el marroquí Youssef En-Nesyr, el argentino Erik Lamela y Suso Fernández, saltaron al campo con el argentino Alejandro ‘Papu’ Gómez y el hispano-marroquí Munir El Haddadi arriba, mientras que en esta ocasión Rafa Mir se quedó en el banquillo.
En el Wolfsburgo, su entrenador Florian Kohfeldt puso al portero austríaco Pavao Pervan para cubrir la baja de última hora de su meta titular, el belga Koen Casteels, al dar positivo por coronavirus, y colocó en la delantera al neerlandés Wout Weghorst y Lukas Nmecha.
La formación local, como no podía ser de otra manera, salió con fuerza hacia el área germana y ya a los nueve minutos el central francés Jules Kounde probó al hoy meta del Wolfsburgo, pero fue poco después cuando Joan Jordán, también de cabeza en el área chica tras centro desde la derecha del croata Iván Rakitic, logró el 1-0 que puso pronto la situación a su favor para los hispalenses.
No quisieron los del técnico guipuzcoano especular con el resultado y mantuvieron la idea de ser protagonistas con el balón, aunque el conjunto visitante también tuvo claro que no valía defender y a los veintitrés minutos estuvo cerca del empate con un fuerte zapatazo de Nmecha, aunque entre el portero marroquí Yassine Bono y el larguero lo impidieron.