Hasta 29 remates, 15 de ellos a puerta en un partido repleto de trabajo para Areola, dejó en su paso un vendaval llamado Manchester City para remontar en casa del West Ham (1-3), mantener su firmeza y rubricar el pleno de puntos en cinco jornadas, con el que recuperó el liderato cedido un par de horas al Liverpool.
Nadie encuentra la forma de frenar al Manchester City. El West Ham, cediéndole el balón, juntando líneas en pocos metros en su terreno, haciendo daño con su juego directo y el contragolpe, sintió por momentos aspirar a puntuar. La segunda parte, cuando los de Pep Guardiola, pusieron acierto rematador, dieron la vuelta al partido con una autoridad que intimida a cualquiera de sus rivales.
Se inventó Guardiola al sustituto del lesionado De Bruyne con una nueva posición para Julián Álvarez. Más alejado del área pero respondiendo con personalidad a las necesidades del equipo. Apareciendo en acciones de peligro, dando asistencias de gol y brillando pese a rebajar su número de ocasiones.
Era el duelo de campeones de Europa, el de la ‘Champions’ ante el de la ‘Conference’, que se convirtió en un examen a la paciencia del City. Con posesiones de hasta un 75%. Abrumandor. Un guion habitual en sus partidos alterado en esta ocasión por un imprevisto en forma de gol. Había perdonado hasta un quíntuple ocasión tras un saque de esquina. Cabezazo de Rodri, disparo de Foden, remate de Haaland, otro disparo de Rodri. Las respuestas repletas de reflejos de Areola y Soucek, decisivo bajo palos, evitaron el primero.
Ante el entramado defensivo del West Ham la movilidad la aportó Foden y el desbode Jeremy Doku, siempre listo para encarar y marcharse. Continuo agitador del duelo. A Haaland le costó más que nunca acertar. Pese a buscar siempre el gol en la zona exacta donde acude un 9 a su cita. A espaldas de los defensores perdonó la primera en el segundo palo.
Había ‘sobrevivido’ al dominio rival un West Ham que encontraba un respiro en la conexión brasileña Emerson-Paquetá, que se acercó al gol con un saque de esquina que por poco no fue olímpico de Bowen hasta que apareció Ward-Prowse, como no, para marcar su tercer tanto de un curso en el que ya repartió cuatro asistencias. Lanzándose en plancha, castigaba de cabeza una perdida en ataque de Doku con mal balance defensivo del City. Era el minuto 36, mucho partido por delante.