El Boxing Day, un día festivo planeado para el espectador, regaló espectáculo y sobre todo goles: veintiocho en los cinco partidos que se disputaron, una media de más de cinco tantos en cada uno de los enfrentamientos.
Fue una gran fecha; una fiesta, una exhibición sobre el terreno de juego que aplacó el bajón anímico generado por la situación sanitaria y el imparable crecimiento de infectados que ha cambiado el paso de los programas de las jornadas.
El Boxing Day arrancó a lo grande. Marcada por la suspensión de tres encuentros a causa del coronavirus contempló abundantes goles y de todo tipo.
No se disputaron el Liverpool-Leeds United, el wolverhampton-Watford ni el Burnley-Watford, la terna de duelos de la decimonovena jornada que forman parte de la quincena de encuentros cancelados por el coronavirus en lo que va de diciembre.
Pero la jornada cumplió con las expectativas y la tradición. Si el Boxing Day es un día dedicado al seguidor, el aficionado no pudo quedar decepcionado. Hubo espectáculo en cada estadio.
En el primer tramo de la sesión, en los duelos tempraneros, se lograron veintidós tantos en solo cuatro partidos.