Australia encadenó su cuarto título consecutivo de campeón olímpico del relevo femenino de 4×100 libre, tras imponerse este sábado en la final de los Juegos de París con un tiempo de 3:28.92 minutos, nuevo récord olímpico.
El cuarteto integrado por Mollie O’Callaghan, Shayna Jack, Emma McKeon y Meg Harris rebajó en 77 centésimas la anterior plusmarca olímpica que poseía el propio conjunto oceánico desde los pasados Juegos de Tokio con un crono de 3:29.69.
Un sensacional registro que permitió al equipo oceánico superar por 1.28 segundos a Estados Unidos. Que logró la medalla de plata con una marca de 3:30.20 minutos, nuevo récord de América.
Completó el podio el equipo chino que logró el bronce con una marca de 3:30.30, nueva plusmarca asiática.
Titmus da el primer paso para convertirse en la ‘reina’ de París
Australia continua dominando
La australiana Ariarne Titmus dio el primer paso para convertirse en la ‘reina’ de los Juegos de París tras revalidar el titulo de campeona olímpica de los 400 libre al imponerse a la canadiense Summer McIntosh, plata, y a la estadounidense Katie Ledecky, bronce, en una eléctrica final que muchos no habían dudado en calificar como la “carrera del siglo”.
No sólo ya porque en ella estuvieran las tres últimas plusmarquistas universales de la distancia.
Sino porque si Ledecky ha marcado una época y Titmus guía el paso en la actualidad, la joven McIntosh, de tan sólo 17 años.
Está destinada a dominar en un futuro próximo la natación mundial.
Ingredientes que habían convertido a la final de los 400 libre en una de las más esperadas de la cita parisina. Pese al regusto semiamargo que dejaron las series matinales en la que ninguna de las tres malgastó ni un gramo más de energía del necesario para asegurarse su presencia en la lucha por las medallas.