Carlos Alcaraz afrontará mañana en torno a las once de la mañana -hora española- en los cuartos de final del Abierto de Australia el reto de vencer a Novak Djokovic en su terreno, la pista rápida, y más concretamente la Rod Laver, la central del Melbourne Park, que se puede decir que es como el jardín de su casa.
El veterano jugador serbio, de 37 años y actualmente séptimo en la clasificación ATP, ganó 10 de sus 24 títulos de Grand Slam en el torneo oceánico, el que más allí, y cuatro trofeos más sumó en el Abierto de Estados Unidos, igualmente sobre cemento.
Las tres victorias del murciano frente al serbio en sus duelos particulares llegaron en hierba -las finales de Wimbledon en 2023 y 2024- y en tierra batida -la semifinal que jugaron en el Masters 1.000 de Madrid en 2022.
Djokovic a la espera
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El de Belgrado venció al de El Palmar cuatro partidos, dos en pista rápida y dos sobre arcilla.
París asistió a dos victorias de Nole frente a Carlos en las semifinales de Roland Garros de 2023 y, más recientemente, en la final de los Juegos Olímpicos del pasado verano, que es el último precedente de un encuentro entre ambos.
En superficie rápida, como la que se disputa el Abierto de Australia, Djokovic se impuso a Alcaraz en la final del Masters 1.000 de Cincinnati en 2023 y en la penúltima ronda de las Nitto ATP Finals celebradas ese mismo año en la ciudad italiana de Turín.
Con el recuerdo aún fresco de la final olímpica, en la pista Philippe Chatrier de Roland Garros, sobre tierra, con el oro en juego, se reencuentran casi seis meses después, por primera vez en pista dura en un Grand Slam, en el Abierto de Australia, el español Carlos Alcaraz, referente del nuevo aire que disfruta el tenis, y el legendario Novak Djokovic, el jugador más laureado de siempre, aún vigente, aferrado al presente.
El encuentro se disputará mañana, martes, en la sesión nocturna del Open de la ciudad australiana, mediodía en España.
Alcaraz y Djokovic.. aires de final
Con aire de final, en el cara a cara hasta ahora más esperado del torneo, en unos cuartos, con algo de antelación, el séptimo favorito, Djokovic, diez veces ganador en Melbourne, calibra las aspiraciones, la madurez y el momento del español, con cuatro títulos del Grand Slam ya pero aún en las Antípodas.
La segunda semana del primer Grand Slam de la temporada aparece a lo grande, con un duelo de enjundia, parte de la zona del cuadro exigente, con varios de los favoritos destinados a cruzar los caminos.
Además del ganador de veinticuatro grandes y del murciano, espera Alexander Zverev, segundo cabeza de serie y candidato al éxito en unas eventuales semifinales. Un trayecto lleno de trabas. Al contrario de lo que parece, en el otro lado, con Jannik Sinner, vigente campeón, con una aparente camino llano hacia el duelo definitivo del domingo.
Ha ido de menos a más el balcánico. Es algo habitual en sus trayectos. Y más ahora, con 37 años, cuando los cálculos y las mediciones de su cuerpo son más meticulosos. El veinticuatro veces campeó de un Grand Slam, superviviente del histórico ‘big three’ se resiste a claudicar ante el empuje de Sinner o Alcaraz, con el que tiene pinta de mantener más duelos para la historia. Si fueron legendarios sus enfrentamientos con Rafael Nadal, apunta a choque de intereses de similar tipo.
AJGD