AFP.- El colombiano Fernando Botero, uno de los artistas latinoamericanos más importantes del siglo XX, fue enterrado este sábado en Pietrasanta, la ciudad de la región italiana de Toscana donde vivía desde hace décadas con su esposa, la cual falleció en mayo pasado.
El famoso pintor y escultor murió de una neumonía el 15 de septiembre en Mónaco a los 91 años. Sus restos fueron trasladados primero a Colombia, para que sus compatriotas pudieran rendirle un último homenaje, sobre todo en la capital, Bogotá, y en Medellín, su ciudad natal.
Pero el artista colombiano quiso ser enterrado la pequeña localidad de Pietrasanta, a unos 30 kilómetros de Pisa (norte de Italia), conocida como “la pequeña Atenas” por sus canteras de mármol, fundiciones y escultores.
Botero es autor de unas 300 esculturas y 3 mil pinturas marcadas por su reconocible estilo de figuras voluminosas y robustas.
Las cenizas del artista fueron trasladadas de la iglesia hasta la catedral San Martín de Pietrasanta para el funeral en un cortejo acompañado por una orquesta local.
En la ceremonia, hubo discursos del alcalde de la localidad, la embajadora de Colombia en Italia, Ligia Margarita Quessep Bitar, y de algunos de sus amigos, así como de su hija, Lina Botero.
Las cenizas del artista fueron instaladas delante del altar de la catedral, entre flores blancas y junto a un gran retrato de Botero.
Sus tres hijos, Fernando Botero Zea, Lina Botero y Juan Carlos Botero, se sentaron en la primera fila.
Tras la ceremonia, las cenizas de Botero fueron enterradas en la zona del cementerio reservada a los ciudadanos ilustres de Pietrasanta.
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