Madrid.- Alteraciones del lenguaje, de la conducta o visuales. Unos síntomas que no se asocian con el alzhéimer, pero que pueden ser los primeros cuando la enfermedad se presenta antes de los 65 años -a veces incluso a los 30- y en la que el diagnóstico precoz es uno de los grandes desafíos.
Recientemente se ha conocido una mutación asociada a una mayor resistencia frente a un tipo de alzhéimer hereditario de inicio temprano, aunque cuando esta enfermedad se presenta pronto, no suele ser por causas genéticas, indican expertos que repasan con EFE qué se sabe de ella y por dónde va la investigación.
Más del 80 % de los casos son de origen esporádico (no ligados a una mutación) y, aunque puede haber un cierto componente genético, existen otros factores implicados, acota el investigador Oriol Grau, del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC) de la Fundación Pasqual Maragall.
La prevalencia de la demencia de inicio precoz varía según diferentes estudios, pero estaría alrededor de 1/1.000 habitantes, siendo la enfermedad de Alzheimer la causa más frecuente, agregó Alberto Lladó, investigador de la Unidad de Alzheimer del Hospital Clinic de Barcelona.
SÍNTOMAS ATÍPICOS
Algo característico es que en el alzhéimer de tipo temprano hay una mayor frecuencia de “presentaciones atípicas”. En un 30 % de los casos los primeros síntomas pueden ser diferentes a los de la memoria, mientras que en pacientes mayores esos signos poco comunes son inferiores al 10 %, indicó Lladó.
Cuando la enfermedad comienza a partir de los 70 años se caracteriza por una pérdida progresiva de la memoria reciente, con una atrofia del hipocampo, la zona del cerebro que nos permite aprender nueva información y recordarla.
En personas más jóvenes, los síntomas pueden empezar con dificultad para expresarse y comprender las cosas, problemas para hacer determinados movimientos coordinados, calcular distancias o trastornos del comportamiento, dijo Lladó, quien agregó que los pacientes más jóvenes pueden tener, en general, una evolución más rápida.
El diagnóstico de esta enfermedad puede convertirse en un desafío si quien la padece es menor de 65 años y además presenta esos síntomas atípicos.
El paciente puede tardar más en llegar al especialista porque “al ser más joven -según Grau- igual los médicos no sospechan al principio que pueda ser alzhéimer al hacer una presentación atípica”.
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