Gonzalo Meza
Roma.- El Papa Francisco envió el 11 de febrero una carta a los obispos estadounidenses para manifestar su preocupación ante las deportaciones masivas que la administración del presidente Trump está llevando a cabo.
La misiva expresa un rechazo las políticas del mandatario estadounidense y es también una crítica a una declaración que hiciera el vicepresidente J.D. Vance al referirse a la migración.
En la misiva el pontífice califica como contrario a la dignidad humana la deportación de personas y familias enteras… que han dejado sus países a causa de la pobreza, la violencia, o la persecución. El verdadero bien común, dice el santo padre, se promueve cuando la sociedad y el gobierno acogen y protegen a los más vulnerables. Esto no obsta para promover una migración ordenada, pero esta, afirma el Papa, no puede construirse a base del privilegio de unos y el sacrificio de otros. Lo que que se hace por la fuerza comienza mal y terminará mal, sentencia el Papa Francisco.
El pontífice también exhorta a todos los católicos a no ceder ante las narrativas de discriminación contra los migrantes. Estamos llamados a vivier en caridad, a construir puentes y evitar muros de ignominia señala Francisco.
JJ