Bélgica goleó a Polonia (1-6) en la segunda jornada de la Liga de Naciones, con Kevin de Bruyne y Eden Hazard dirigiendo con maestría a los Diablos Rojos, que remontaron un tanto de Robert Lewandoswki, se saciaron de goles y recuperaron las buenas sensaciones tras el reciente correctivo de Países Bajos.
Más allá del resultado, que coloca a Bélgica segunda en el grupo de al Liga de Naciones, tras la derrota de País de Gales por 1-2 ante Países Bajos, los de Roberto Marínez pudieron celebrar el regreso a su mejor nivel de su capitán, Eden Hazard.
Tras un largo período mermado por las lesiones, y después de jugar sólo 45 minutos sin pena ni gloria el pasado viernes en la derrota por 1-4 ante Holanda, el delantero del Real Madrid cuajó un gran partido ante Polonia, con asistencia incluida, hasta que fue sustituido por Leandro Trossard en el minuto 66.
Bélgica, con cuatro cambios respecto al once contra Países Bajos (Boyata, Meunier, Vanaken y Lukaku, este último por lesión) y su clásico 3-4-3, empezó jugando contra Polonia con un planteamiento de juego dinámico y ofensivo, con Hazard y De Bruyne dejando detalles de clase y Michy Batshuayi inquietando el área eslava.
Pero a la media hora de juego, sin que la Polonia del técnico Czeslaw Michniewicz propusiera gran cosa, apareció Lewandowski, que se inventó una acrobacia para controlar un balón en el área, fusiló la portería de Simon Mignolet y demostró por qué es uno de los delanteros con más olfato del mundo.
Un jarro de agua fría para la selección belga que dirige Roberto Martínez, criticada en los últimos días en la prensa local por la goleada encajada el viernes en Bruselas frente a la “Orange” de Louis Van Gaal en el derbi local.
Pero los Diablos Rojos no se descompusieron y siguieron buscando transiciones rápidas tratando bien a la pelota en el centro del campo, hasta que encontraron el gol.
Llegó al filo del descanso, gracias a un pase de Carrasco a De Bruyne, cuyo disparo desvía el portero Dragowski. Castagne recupera para los belgas y cede para Witsel, que golpea en carrera desde lejos y firma un bonito tanto con el que los Diablos Rojos empezaron a sacarse los fantasmas de encima.
En la segunda parte, Polonia intentó buscar más profundidad, aprovechando la calidad de Lewandoswki. Pero Bélgica no renunció a la batuta de mando y siguió buscando la portería polaca, obligando al guardameta Dragowski del Fiorentina a esmerarse.